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El informe de auditoría por parte de la Contraloría Departamental de Guainía a la Gobernación de Guainía durante su gestión 2021, reveló que la administración departamental apostó por la construcción de una carretera que no tendría proporcionalidad entre el “costo – beneficio”.
Se trata del proyecto de «mejoramiento de la vía alterna que comunica el cascó urbano del municipio de Inírida con el sector La Esmeralda”, cuyo valor es de $2.629.287.026 para intervenir 610 metros de vía. Para llegar a la vereda hay que tomar la vía a Sabanitas y desviarse a la derecha 500 metros antes de llegar al final de la pavimentada principal.
“En ningún folio se identificó el dato de la población que beneficiaría este proyecto, ni se evidenció la M.G.A. (Metodología General Ajustada) donde establezca la población afectada y la población objetivo, ni sus características demográficas de la población objetivo, y lo más importante si la alternativa de la solución era viable en cuanto a los parámetros de rentabilidad, costo-eficiencia y costo mínimo, evaluación multicriterio”, dice un fragmento del informe.
El ente de control precisó que “solo se identificó en los folios 6 y 7 del documento denominado “CTO 965-2021 PARTE 1.pdf”, un oficio de solicitud de arreglo de la vía de fecha 29 de enero de 2020, el cual es firmado al parecer por 23 personas que residen en ese sector o tienen negocios agropecuarios en el sector”.
Para la Contraloría, lo descrito anteriormente se consolida como un posible actuar ineficiente o de gestión antieconómica por parte de la Gobernación del Guainía, “toda vez que no se evidencia la búsqueda de máxima racionalidad en la relación costo-beneficio en el uso del recurso público”; algo que no se refleja “en el análisis practicado a la etapa precontractual del Contrato de Obra N° 965-2021”. El ente de control precisa que “la gestión fiscal debe propender por maximizar los resultados, e igualmente la gestión fiscal debe realizarse con austeridad y eficiencia, optimizando el uso del tiempo y de los demás recursos públicos”.
Según la Secretaría de Planeación de Guainía, la vía beneficia a “33.683 personas (folio 6) y no veintitrés (23) como lo hace pretender ver el ente de control”. Y agrega que “la vía es una arteria importante para el municipio el cual depende de una segunda fase que conectará y mejorará la calidad de vida no solo de los residentes aledaños sino de los circundantes e incluso El resguardo Indígena Tierra Alta la cual quedaría muy cerca de su trazado”.
José Romero vive en el sector de La Esmeralda hace 20 años y recibe con agrado la noticia de la pavimentación. en el sector). “Lo que se está haciendo ahí es un beneficio para un grupo considerable de personas”, dijo Romero, mientras explicó que en el sector pueden vivir unas 30 personas, que se dedican a actividades como la ganadería, la porcicultura o la producción de pollos.
“Aproximadamente son 30 fincas con 30 familias que colindan con el resguardo tierra alta el cual se ve beneficiado directamente por el mejoramiento de esta vía ya que en los primeros 510 metros lineales en su margen izquierda es límite del resguardo”, dijo la Secretaría de Planeación a EL MORICHAL.
Pero la obra no solo causó incógnita a los auditores de la Contraloría, sino a habitantes de aquellas comunidades a las que se accede a través de caminos de tierra.
Nidia Linares, una mujer que cuestiona constantemente en redes sociales el desempeño de las administraciones locales, dijo conocer algunos “sectores donde se pudo haber hecho una mejor inversión”. Para ella, el impacto habría sido mayor si la gobernación del Guainía hubiese elegido intervenir carreteras como la vía a Almidón o la del sector detrás del basurero, donde hay una mayor cantidad de población.
“Yo que vivo acá y ni siquiera conocía que existía un sector que se llamaba La Esmeralda. Así de desconocido es”, precisó Linares.
Pese a que defiende la pavimentación en su vereda, Romero manifestó que “por los lados del basurero también ya hay una zona donde debería de haber un proyecto de esos también”. “La población tiene derecho a que los gobiernos les pavimenten hasta el último rincón”, aseguró.
Pablo Cordero vive en Tierra Alta, una comunidad ubicada en un sector con amplia vocación turística, y de la cual sus 230 habitantes llevan años solicitando que terminen de pavimentar la carretera que los conecta con la ciudad de Inírida. Él cree que La Esmeralda fue favorecida con el proyecto porque “en la zona hay fincas de comerciantes y ganaderos, hasta el cura está metido ahí, entonces a base de eso se desviaron el pavimento por allá”.
Entre el fin de la pavimenta y la comunidad de Tierra Alta pueden haber unos 400 metros, y más adelante, a un kilómetro y larguito, está la comunidad de Sabanitas, lugar escogido por muchos iniridenses como balneario de fin de semana. Cordero está convencido de que una vía en mejores condiciones impulsará el turismo en estas comunidades, pero asegura que las entidades han incumplido el compromiso de la pavimentación.
“Sería un beneficio para todos”, aseguró.
Desde Planeación precisaron que “la gobernación del Guainía se encuentra viabilizado el proyecto para el mejoramiento de otros sectores como es la terminación del tramo sin pavimentar para la vía a Guamal y el mejoramiento de la vía que conduce desde el casco urbano a la comunidad sabanitas, del municipio de Inírida”.
La vía a La Esmeralda (que según una habitante del sector, también se conoce como Ismaél Ruiz González), estaría terminada el 30 de junio de 2022, según la Secretaría de Planeación.
Nota: La versión inicial de esta nota, que se publicó en la edición impresa del mes de junio (que se distribuyó entre el 23 y 25 de junio), no contó con el punto de vista de la Gobernación de Guainía porque sus respuesta llegaron despúes de impreso el periódico.