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Son seis puntos estratégicos de la ciudad en donde estarán ubicadas las esculturas que se convirtieron en referente turístico, cultural y patrimonial.
La primera pieza del conjunto de esculturas que rinde homenaje a la etnia Tayrona llegó a Taganga, siendo este corregimiento el primer punto de reubicación de uno de los seis monumentos que estarán instalados para que puedan ser apreciadas por samarios y visitantes.
Para el traslado, fue necesario un equipo de operarios, quienes con el mayor cuidado y protección lograron mover la estructura para conducirla hasta su destino final para ser instalada y valorada por residentes, visitantes y turistas.
Las bases fueron construidas por la Alcaldía Distrital, a través de la Empresa de Desarrollo y Renovación Urbano Sostenible de Santa Marta, Edus, que también fueron los encargados de llevar a cabo el proceso de recuperación de estas obras de arte, de acuerdo con las directrices de la alcaldesa Virna Johnson.
![](https://santamartaaldia.co/wp-content/uploads/2022/07/REUBICACION-DE-ESCULTURA-EN-TAGANGA-1-768x1024.jpeg)
Son seis puntos estratégicos de la ciudad en donde estarán ubicadas las esculturas que se convirtieron en referente turístico, cultural y patrimonial, para que puedan ser apreciadas por samarios y turistas.
Estos sitios fueron escogidos y aprobados en un trabajo articulado con la Secretaría de Cultura y el Consejo Distrital de Patrimonio Histórico, con el fin de que las obras fueran reubicadas en sitios de alto valor turístico y cultural de fácil acceso para la comunidad.
Para su reubicación, las esculturas pasaron por un proceso de restauración a cargo de Rosana Lombana, reconocida restauradora profesional en artes plásticas e hija del maestro Héctor Lombana, creador de estos maravillosos monumentos.
“Cada una de las piezas fueron enmasilladas para la recuperación de su textura, luego pasaron por un proceso de pulimiento y con los retoques para que luzcan como nuevas”, explicó la escultora.
Las obras están elaboradas en resina epóxica de poliéster y fibra de vidrio, donadas por el maestro Lombana en 1993 como homenaje a los pueblos indígenas que habitaron estas tierras.