Pocas facetas de la vida parecen haber recuperado la normalidad previa a la pandemia de coronavirus; la inflación se ha desbocado en gran parte del globo, los precios de los combustibles han subido tanto que antes del 2020 hubieran parecido insoportables (lo que sirve como ejemplo de lo dúctiles, resilientes y adaptables que somos los seres humanos en realidad) y hay analistas que opinan que la era de los alimentos baratos ha llegado a su fin, al menos de momento.
Sin embargo el turismo es uno de los sectores que mejor y con mayor solvencia se ha recuperado del duro golpe que el coronavirus y las duras restricciones del intento de contención llevaron aparejadas, no sólo recuperando los valores previos al año anterior al inicio de la crisis sanitaria, sino incluso superando dichas cifras en algunos países y según algunos indicadores como por ejemplo en España, país donde no se ha recuperado el número de turistas, pero los que llegaron hasta el mes de abril gastaron en conjunto más, compensando el descenso del total de visitantes. Todo esto se ha logrado en unas condiciones económicas mundiales muy por debajo de su nivel óptimo, lo cual sin duda supone la apertura de una puerta a la esperanza.
Una industria milmillonaria
La industria del turismo a nivel mundial movió durante el pasado año más de 700.000 millones de dólares, unas cifras impresionantes pero que todavía estaban muy lejos de las del año 2019, el último de los años de normalidad antes de que empezasen los confinamientos y los cierres de fronteras que amenazaron con dar un golpe de gracia a la maraña de inversiones y empresas que forman este sector, que incluye no sólo al sector hostelero, sino a los turoperadores y por supuesto a las compañías aéreas, gigantescas empresas que durante la pandemia estuvieron contra las cuerdas y que poco a poco van recuperando el pulso a medida que sean capaces de recuperar el interés, y por lo tanto el capital, de aquellos dispuestos a invertir en acciones de aquellas compañías que coticen o bien invirtiendo en proyectos más modestos al margen de los índices bursátiles. Por supuesto hay que tener en cuenta que no todas las formas de invertir en acciones recapitalizan a estas compañías, ya que si se hace a través de un bróker de trading online se opera en un mercado extrabursátil en el que se especula mediante la arriesgada herramienta del apalancamiento en un tipo de operaciones en las que bien o gana el bróker o gana el trader, pero el dinero ni llega ni sale de las compañías cuyas acciones sean utilizadas como instrumento.
Según el portal Statista, los gastos de los turistas que viajaron a América en el año 2020 fue de 1.600 dólares, cantidad sólo superada por aquellos que viajaron a Asia, y muy por delante de los que viajaron a Europa, África u Oriente Medio, y también muy por delante del gasto medio a nivel mundial, que fue de 1.180 dólares.
Ya en Colombia, las cifras son como mínimo igual de esperanzadoras que a nivel mundial, ya que según la empresa de estudios de mercado sobre todo aquello relacionado con el turismo ForwardKeys, Colombia se coloca en la octava posición de la lista de países por número de reservas de vuelos internacionales para el binomio formado por los meses de julio y agosto, y se espera que para este año el país alcance las cincuenta y siete rutas internacionales, cifra que supondría un incremento de más del treinta y ocho por ciento con respecto al número de rutas internacionales del año 2021. Esta recuperación es más importante si cabe si se tiene en cuenta que antes de la aparición del coronavirus el turismo daba empleo al nueve por ciento de los colombianos que tenían un empleo, y también se colocaba, con una facturación estimada de más de 6.700 millones de dólares, como la actividad económica que más aportaba el PIB más allá de la minería y del sector energético, lo que confirma que el turismo debe ser una de las patas de la recuperación económica y una industria que de continuar desarrollándose podrá aportar riqueza y fomentar el desarrollo del país.
