Darío de Jesús Gómez Zapata se hizo cantante por imitación. Todas las mañanas de su infancia escuchó a su madre cantar de madrugada mientras ponía a hervir la aguapanela en la finca donde creció, en San Jerónimo, Antioquia. Con voz dulce, la madre entonaba la melodía triste de “Las Acacias”: Ya no vive nadie en ella / Y a la orilla silenciosa del camino está la casa. En esa nostalgia está el germen de la obra que lo hizo el cantante más conocido de los bares de este país…
in Farándula