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Después de 37 años de servicios, la Fundación Cultural Germinando cierra sus puertas

Por Mariana Suárez Guarín

 Los integrantes de esta fundación se dedicaron a trabajar con compromiso, amor y entrega desmedida, por más de tres décadas impactando positivamente a sectores vulnerables de la región. Ana María Arenas Mejía, cofundadora, docente y coordinadora general de Germinando, nos cuenta detalles de la despedida y legado.

Después de 37 años de servicios, la Fundación Cultural Germinando cierra sus puertas
Después de 37 años de servicios, la Fundación Cultural Germinando cierra sus puertas

“La Fundación Cultural Germinando nació en 1983 es una organización no gubernamental que se dedicó a trabajar con niños, niñas, familias y comunidades de todo el departamento de Risaralda, agenciando procesos de desarrollo humano, de empoderamiento de despliegue de sus capacidades desde la educación popular y el arte. Éramos todo un equipo, las hermanas Adoratrices, los hogares Calasanz de los padres Escolapios, con el padre Benicio Enrique Montes (experto en trabajo con los niños en situación de calle) y Germinando, nos organizábamos y dividíamos la población y teníamos una intervención sistémica, teníamos talleres, títeres, teatro, teníamos cronograma de actividades varias, para que los niños y niñas conocieran otra ciudad y salieran de sus contextos, se sintieran queridos y aceptados por la ciudadanía”, confesó Ana María Arenas.

¿Por qué cerraron sus puertas?

“Afrontar el deterioro social de la niñez pereirana no es asunto solo de una ONG, entendimos que nosotros no somos el Estado y que no podríamos hacer la labor que se requiere sin recursos; teníamos una responsabilidad hasta cierto punto, pero para hacer, se necesita respaldo, alianzas, apoyo, credibilidad, confianza y eso no lo tuvimos en el último tiempo de Germinando. Decidimos entonces convertirnos en legado y culminar nuestra labor este pasado 22 de mayo de este año, porque llegamos, a la comprensión de que nosotros éramos corresponsables, de la atención de los niños y niñas y de la vida y de su calidad y dignidad, de la garantía y derechos pero no éramos los absoluto responsables, entonces decidimos convertirnos en legado y a través del libro y la serie de videos despedirnos y entregarle lecciones aprendidas y una reflexión sobre cómo se hace un desarrollo comunitario centrado en las personas, en la dignidad y en la garantía de derechos”, manifestó Ana María Arenas.

El legado que dejan a la región

“En la línea del tiempo de Germinando hay muchos proyectos, el primer proyecto comenzó en Canceles, acompañando una escuelita donde comenzamos a educar niños y niñas que llegaban drogados, con cuchillos, que les marcábamos y al final de la jornada educativa los devolvíamos, era la única forma de tenerlos, aceptando su condición, y complejidad, así como los invitábamos a procesos de desintoxicación. Luego creamos el primer hogar de protección de niñas explotadas sexualmente y al término de 9 años, habían pasado 600 niñas adolecentes con sus bebés, de todo el país, de las cuales muchas culminaron sus estudios y hoy ya son profesionales, especializadas. Después nos fuimos al barrio Veracruz, luego nos dedicamos a educar a los niños y niñas del sector de la Galería, allí creamos el hogar paz y alegría y desde allí hemos trabajado múltiples proyectos que están centrados en lo humano en el despliegue de las capacidades, en enseñar a leer y a escribir, en desarrollar también conciencia con relación a equidad de género y desde hace 20 años nos dedicamos a la primera infancia, el Proyecto Amarte, Compromiso Vital, el proyecto Principito, primera infancia, prioridad y sentimiento de todos, y en los últimos 8 años, trabajamos desde la Red de Educación Inicial de Risaralda, un colectivo horizontal de maestras y personas que trabajan en procesos dedicados al fortalecimiento de las capacidades de los formadores de primera infancia; desde Germinando trabajamos en el sector de la Honda, con un proyecto precioso que se llama Gestando las paces desde el vientre, y luego en el sector de Morelia, con la Institución Educativa el Retiro, trabajamos también el proyecto El cultivo del humano y el último fue Resignificando los espacios de la primera infancia donde construimos un libro de la historia de Germinando y otro de la Recuperación y Significación de las Prácticas Culturales de Risaralda”.

El próximo libro

“Hemos escrito el libro titulado ‘Germinando vida tiempo de cosecha’, es un ejemplar que trae toda la reflexión de los hitos por los cuales, recorrió la fundación Cultural Germinando sus 37 años de historia, la apuesta pedagógica, las lecciones aprendidas, la reflexión y también en un epílogo que es una carta a los lectores y lectoras, todos pueden acceder al libro de 330 páginas, que saldrá la primera semana de junio de este año; va a estar en pdf, en las redes sociales, en las bibliotecas, o simplemente nos contactan, es un libro para ustedes” concluyó Ana María Arenas, cofundadora y coordinadora general de Germinando.

Dato

“Durante estos últimos 8 años hemos tenido el apoyo de la empresa privada, particularmente la empresa Ciproba, y de la golfista pereirana Maritza Bahena, sostuvimos este trabajo de formación a formadores de la primera infancia», manifestó cofundadora, docente y coordinadora general de Germinando.

Importante

En Pereira existen programas de atención educativa integral de la primera infancia, donde solo se atienden 20 mil niños y niñas, y son 41 mil.

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Written by jucebo

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