Gustavo Petro, en los primeros siete días de su gobierno, se ha esmerado en mandar mensajes al país por medio de símbolos. La espada de Bolívar, la plaza llena de gente, la banda puesta por la hija de Pizarro, el abrir la Plaza Núñez al público, son apenas algunos de ellos.
En ese contexto llama la atención los gestos que ha tenido (o mejor los que no ha tenido) con el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, desde el día en que fue elegido presidente. Por momentos parece estar…