Es inevitable que a Andrés Felipe Giraldo se le agüen los ojos o incluso, se le escapen algunas lágrimas, cada vez que recuerda el momento exacto cuando se enteró de la libertad de Andrés Felipe Ballesteros en una cárcel de Tanzania en la que permaneció recluido durante ocho años.
Para el Antituiter, como se hace llamar Giraldo en la red social de Twitter, sus lágrimas representan la victoria de lo que considera como justicia, la misma por la cual luchó y movilizó a cientos de…