La madrugada del jueves Sixto Córdoba Palacios dio su último suspiro en el Hospital Santa Clara, luego de haber resistido durante casi un día en cuidados intensivos, por un accidente laboral que aconteció el día anterior.
Su muerte causó una gran tristeza entre sus familiares y amigos, pues el hombre trabajador luchaba a diario para darles lo mejor.
Aquella tarde realizaba un trabajo en una bodega desocupada, pero el irremediable destino tenía sus propios planes para el hombre de 49 años.
Caída mortal
A las 12 del mediodía del miércoles un feroz estruendo se escuchó en una bodega desocupada, en la calle 69 Sur con carrera 13 B, del barrio Juan Rey (San Cristóbal). A los pocos segundos un hombre salió desesperado, agarrándose los cabellos y gritando: “¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Una ambulancia!”.
El compañero que ese día se encontraba haciendo un trabajo con Sixto dentro de la bodega, salió a trote, y sin saber qué hacer e la bodega donde meses atrás funcionaba un reconocido supermercado.
“Ellos llegaron temprano a trabajar en unas adecuaciones; parece que desde hace una semana estaban arreglando ahí, porque van a poner otro negocio”.
“Según lo que sabemos, estaban era quitando unos letreros que tenían montado los del anterior supermercado, y en medio de las labores el señor se cayó y se vino con andamio y todo”.
“Eso fue un golpe muy duro. Sonó durísimo, pero no pensé que fuera algo grave hasta que salió el compañero desesperado”, contó a Q’HUBO un comerciante que trabaja frente a la bodega.
La ambulancia no llegó
Ante los ojos de los vecinos y trabajadores, el compañero de Sixto no hallaba a quién avisar, por lo que, cuentan allí, le golpeó a media cuadra, hasta por fin dar con alguien que le ayudara a trasladar a su compañero a un hospital.
“Él no sabía la dirección y pasó golpeando a varias casas, y hasta llegó aquí, pero yo no sabía cómo llamar, entonces al final le tomó foto a la dirección y alguien le ayudó a telefonear. Pero la verdad la ambulancia llegó una hora después de que ya se lo habían llevado”, agregó el vecino en su ferretería.
Al final, un taxista acomedido se ofreció a llevarlo, y con la ayuda de varios vecinos lograron sacarlo y montarlo al vehículo, que rápidamente lo trasladó al Hospital Santa Clara. Allí duró hasta las 2 a. m, hora en que Sixto dejó este mundo atrás.
Sobre el accidente, uno de los vecinos que auxilió al caído dijo: “tenían allá adentro un andamio demasiado alto con solo un metro de ancho, todo eso se desbarató y lógicamente a esa altura, de unos 8 metros, el señor no sobrevivió. Salió de aquí ya muy golpeado”, cerró el vecino, frustrado.
En redes sociales algunos allegados y conocidos enviaron sus condolencias: “muy triste, repentina y dolorosa su partida, joven luchador. Dejas un gran legado amigo, muy triste. Dios te recoja en tu santo reino y mucha fuerza para su esposa, hijo y toda su familia”.
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