Luego de que el propio presidente de la República Gustavo Petro, solicitara que una parte del trazado del Metro de Bogotá se hiciera distinto al originalmente pactado, iniciaron los estudios para analizar el cambio sugerido.
Pero eso no es tan fácil. El pasado 8 de enero debieron entregarse los estudios con los cambios, sin embargo por nuevos líos jurídicos, la entrega no fue posible y ahora, el tema vuelve al tradicional limbo al que ya se acostumbraron los capitalinos.
Los cambios solicitados por Petro al consorcio chino integrado por las empresas China Harbour Engineering Company Limited (CHEC) y Xi’an Metro Company Limited-, que serán las encargadas de construir el Metro, implican que la primera línea del sistema de transporte masivo de Bogotá, sobre la avenida Caracas, ya no fuera aérea sino subterránea.
Y es que los cambios que se solicitan implican gastos extras que tendrían que ser cubiertos por el gobierno distrital o nacional, un inconveniente jurídico que se tendrían que resolver, para poder establecer el nuevo trazado en los estudios que están pendientes por ser entregados.
Desde hace mucho tiempo, incluso desde las épocas de Petro como alcalde de Bogotá, el gobernante se ha opuesto a que el trazado de ese sector del Metro sea elevado.
El argumento que el mandatario ha expuesto no es menor ni un capricho. De acuerdo con estudios con los que él cuenta, existen riesgos en el suelo en el borde oriental, debido a que las columnas que sostendrán el metro elevado estarían muy cercanas entre sí.
Para el mandatario las columnas, que tendrían que hacerse a gran profundidad, podrían afectar la estabilidad de la estructura en general por riesgos geotécnicos debido a la variabilidad del suelo.
Por ahora, cada noticia no tan positiva, desanima a muchos de los capitalinos que se sueñan con ver ejecutada la primera línea de su anhelado Metro.
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