Era jueves y el Galeras parecía tranquilo. Motivado por el reporte de normalidad sismográfica del centro de vulcanología de Pasto, el geólogo Stanley Williams condujo a otros 12 científicos hasta la cima, para estudiar gases, piedras y otros materiales.
(Esta historia fue publicada originalmente el 23 de agosto de 2004 en EL TIEMPO)
El estadounidense conocía bien el terreno, pues había estado allí varias veces desde que la Gobernación lo invitó como vulcanólogo, cinco años…