Los Centros Nacionales de Pronóstico Ambiental de Estados Unidos revelaron que el lunes 3 de julio, la temperatura global alcanzó en promedio 17,01 grados Celsius, con lo cual se superó el anterior récord de agosto de 2016 y que alcanzó los 16,92 grados.
Asimismo, según lo informó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el martes 4 de julio el termómetro alcanzó los 17,18 grados Celsius (62,92 Fahrenheit), siendo este el día más caluroso.
Este informe advirtió igualmente, que mientras el sur Estados Unidos sufrió un intenso calor en las últimas semanas, en China se alcanzaron temperaturas superiores a 35 grados Celsius y en el norte de África los 50 grados.
Otras dos situaciones que llamaron la atención de los investigadores, fue el caso de la Antártida, que actualmente vive una temporada de invierno austral, pero debido a estos cambios, se presentaron temperaturas anormalmente altas; y de acuerdo con la Base de Investigación Vernadsky de Ucrania en las islas Argentina y que hacen parte de esa región, en este mes se ha rompido la cifra al llegar los 8,7 grados centígrados.
Así que, la combinación de El Niño temprano y el cambio climático ha llevado a que los científicos emitan diversas advertencias donde han adelantado que éste sería uno de los años más calurosos registrados, llegando subir aún más la temperatura y marcar nuevos máximos
“Este no es un hito que debamos celebrar. Es una sentencia de muerte para las personas y los ecosistemas”, explicó la climatóloga del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente en el Imperial College London de Reino Unido, Friederike Otto.