Pescadores de los corregimientos y municipios de los alrededores del embalse de El Guájaro alertaron sobre el problema que se está generando por la alta presencia de taruya en este cuerpo de agua.
Esta semana dos pescadores de Aguada de Pablo, en Sabanalarga, que salieron en su canoa para sus actividades cotidianas quedaron atrapados entre la taruya, por lo que tuvieron que ser rescatados. Este proceso duró más de una hora para poder sacar a los pescadores de esta trampa en la que se ha convertido la espesa vegetación dentro del embalse.
El representante de la cooperativa de pescadores, Adalberto Sarmiento, expresó esta situación de la maleza está asfixiando a quienes viven del día a día de esta actividad.
“La gente vive del día a día y si un pescador no puede salir a trabajar, ese día no tiene para comer ni para darle algo a sus familias”, agregó Adalberto Sarmiento.