De otra parte, supo administrar el tiempo, salía de clases y en bicicleta llegaba a la Academia de música de Patricia Ojeda para ensayar con el saxofón o el piano y aun cuando las jornadas académicas eran extensas, buscaba ese momento anhelado que le representaba llegar a puerto seguro.
Cantó desde siempre y disfrutaba componer. Entonces, todo el proceso de Camila marchaba de forma empírica liderando la alabanza en la iglesia. No había expectativas claras de tomar su arte como…