El ataque a bala dirigido a Edwin Ernesto Albarracín Durán, Luis Armando Albarracín Durán y Kevin Santiago Barragán Albarracín se perpetró en menos de cinco segundos, o eso aseguran los residentes del barrio Gran Yomasa (Usme) que fueron testigos de la manera tan vil en la que un experto gatillero llegó a dispararles a estos tres jóvenes la noche del lunes.
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El sicario, quien iba en la parte de atrás de una motocicleta, llegó hasta una droguería de este barrio, donde se encontraban las víctimas, y sin mediar palabra les disparó a todos en varias oportunidades, con el fin de asegurarse de que sus vidas terminaran allí.
Los muchachos se encontraban en esa droguería hablando, porque iban a comprar algo. Los matones tenían ya fichada la escena, porque sabían que dentro de un taxi estaba el más jovencito de todos y a él también le dispararon. Ni un solo tiro se escuchó, lo que nos alertó fueron los gritos de la comunidad”, le manifestó a Q’HUBO un residente del barrio.
Minutos después del cruel ataque, una patrulla de la Policía llegó al lugar de los hechos y confirmó que Edwin Ernesto y Luis Armando yacían sin signos vitales en el suelo; mientras que Kevin Santiago permanecía vivo, pero en delicado estado de salud, por lo que lo llevaron de inmediato al Hospital de Meissen.
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Al cierre de esta edición, Kevin (quien tiene 18 años) permanecía con muerte cerebral en el centro asistencial, al mismo tiempo que su familia le pedía al Todopoderoso que les hiciera el milagro de salvarlo de las garras de la muerte.
Triple ataque
Minutos antes de que se presentara este lamentable hecho, que hoy enluta a una familia del sur de la capital (pues dos de las tres víctimas eran hermanos y el tercero un tío), todos llegaron a bordo de un taxi a la esquina de la Calle 81A sur con Carrera 10. Edwin y Luis Alberto se bajaron a comprar algo.
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En el interior del taxi se quedó Kevin solo, pues se supo que trabajaba conduciendo este vehículo. Mientras esperaba a su hermano y tío, dos sicarios les seguían la pista a pocos metros de distancia.
A las 11 en punto de la noche, cuando las víctimas estaban esperando a que les dieran los elementos que estaban comprando, el pistolero se bajó de la moto sin quitarse el casco y, de manera sigilosa, se les acercó con el revólver que tenía silenciador.
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Edwin recibió un disparo en la cabeza, lo que bastó para que sus 28 años de vida terminaran de forma instantánea en el suelo del establecimiento. Por su parte, Luis Armando fue impactado en la cabeza y en la cara, heridas que fueron letales.
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