El general en retiro Mario Montoya será imputado por las ejecuciones de 104 civiles presentados como rebeldes abatidos en combate durante su tiempo al mando del Ejército de Colombia (2006-2008), anunció este sábado la Fiscalía General de la Nación.
«Lo vamos a imputar como el determinador por homicidio agravado (…) de 104 de los llamados falsos positivos», dijo a la revista ‘Semana’ el fiscal general, Francisco Barbosa, aludiendo al escándalo en el que militares ejecutaron a miles de civiles entre 2002 y 2008 para hacerlos pasar por bajas en medio de una feroz lucha antiguerrillera.
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Según el ente investigador, estos asesinatos ocurrieron entre 2007 y 2008 y cinco de las víctimas eran menores de edad.
«Todos los autores materiales fueron miembros activos del Ejército«, agregó Barbosa.
Montoya se sometió en 2018 a la Justicia Especial de Paz (JEP), que investiga los peores crímenes del conflicto y que ofrece penas alternativas a la cárcel a quienes confiesen sus crímenes y reparen a las víctimas.
Su expediente no ha sido resuelto.
Según la JEP, más de 6.400 civiles fueron asesinados durante el gobierno de Álvaro Uribe por militares incentivados por un ‘body count’ o conteo premiado de cuerpos.
La imputación de la Fiscalía busca «ayudar» al tribunal surgido de los acuerdos con la ex guerrilla de las Farc en 2016 a esclarecer estos crímenes, explicó Barbosa.
Varios subordinados de Montoya han admitido ante la JEP que asesinaron a civiles para presentarlos como bajas en combate a cambio de días de vacaciones y otros beneficios.
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El entonces mayor del ejército Gustavo Soto relató a la agencia de noticias ‘AFP’, en 2020, que Montoya medía los resultados operacionales «en muertos».
Según Barbosa, el oficial retirado «fue a las brigadas, a los batallones, a las divisiones (…) con la política de premios por esas ejecuciones«.
Pero el general niega haber instigado estos crímenes y su defensa sostiene que «en ningún momento existió una directiva o directriz al ejército para hechos tan atroces«.
AFP