La magia y el hechizo comienzan mucho antes de llegar a Davos. El viaje en ferrocarril desde Zúrich es una sucesión de hermosísimas tarjetas postales vivas, pero también del pasado distante como cuando nos detenemos en la pequeña estación alpina de Landquart, para cambiar de tren, y recordamos que, en ese mismo lugar, Hans Castorp hizo el mismo transbordo en su viaje a La montaña mágica, la novela que hizo célebre a Thomas Mann.
El embrujo continúa al llegar al alucinante…