La tarde de asado y almuerzo dentro de un local del barrio La Orquídea (Usaquén) se llenó de horror, sangre y muerte, y todo por cuenta de un sicario que llegó ayer a balear delante de todos a un cliente. El hombre aún no probaba su carne asada, cuando en menos de un santiamén un desalmado le propinó un tiro en la cabeza.
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Toda la cuadra quedó aterrada con lo ocurrido a plena luz del día y dentro de un establecimiento de comida que nada tenía que ver con el atentado mortal que sufrió uno de sus clientes.
Otro detalle que asombró a los testigos del crimen fue el modo en el que el asesino llegó, muy tranquilamente, para observar los pasos de su víctima y esperar el momento adecuado para meterse al asadero y dispararle, sin pronunciar ni media palabra.
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Pánico en el asadero
La hora clave del disfrute dentro del asadero, ubicado sobre la calle 163 A con carrera 16, ya había pasado; pero sobre las 3 p. m. un entusiasta comensal arribó al local de letrero azul para almorzar en paz.
Por aquí vieron a un tipo dando vueltas en la bicicleta, todo normal, nadie pensó que fuera hacer semejante barbaridad. Luego como que parqueó la cicla frente al local, entró y ahí se escuchó el tiro y varios gritos. Enseguida, el sujeto salió y se voló en la ‘bici’ por entre las cuadras. Nadie intentó hacer algo, porque todos se quedaron ayudando al herido, pero la verdad fue muy berraco porque se lo pegó en toda la cabeza”, explicó un vecino de la cuadra.
Apenas ocurrió el atentado, la Policía fue alertada de lo sucedido, y como el CAI Toberín queda a dos cuadras y media de distancia, los uniformados llegaron cuando el hombre, de unos 37 años, aún seguía con vida.
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“La Policía vino al ratico y se lo llevó en una patrulla. Tenía demasiada sangre en la cabeza, ¡fue terrible!”, agregó el vecino. Y en efecto, uniformados escoltaron al señor hasta la Clínica Cardioinfantil, donde no duró por mucho tiempo, pues la muerte lo acogió apenas cruzó las puertas del centro asistencial.
El desconcierto entre los vecinos y clientes de este asadero fue inmenso y aún se preguntan qué pudo haber atraído al matón para cometer un acto tan atroz en medio del gentío y en un recinto cerrado. Sobre esto, las autoridades aún no han podido determinar la identidad del hombre asesinado, ya que iba sin documentos.
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Los móviles siguen siendo materia de investigación. Avanzamos en la identificación de la persona muerta y en la revisión de las cámaras zonales que nos permitan establecer el paradero y las características del agresor”, aclaró un oficial encargado del caso.
Este despiadado crimen tiene conmocionados a los moradores de Las Orquídeas, pues no es posible que un hombre que quería disfrutar de un buen asado terminó siendo carne de cañón de un desquiciado sicario que llegó a turbar la paz entre los comensales.
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