Pablo Jaramillo inició la presión social por un bien que es de todos y esto nos llevó al Concejo de Armenia. En nuestra visita a la corporación, confirmé algo: para entender a la perfección la situación del Deportes Quindío hay que hablar con el abogado Rodrigo Vallejo. Es que él lo explica fácil, con plastilina. “Hernando Ángel no es el dueño del club, es la cabeza de la entidad que un día se creó para administrar, mediante un comodato, un bien que pertenece al municipio”, dijo.
“Entonces el club es una cosa y la entidad que se creó para administrarlo es otra cosa, simple”, agregó; y ¿qué encabeza Hernando Ángel?, pues esa otra cosa: la entidad que se creó para administrarlo, lo que en alguna ocasión se llamó Corporación Deportes Quindío. Vallejo habla con autoridad, porque es dueño de unas acciones de la entidad administradora.
Entonces, ¿el equipo nunca ha dejado de ser del municipio? Nunca. Pero el municipio tiene que cumplir la ley; por ello, cuando un juez lo defina lo pondrá a la venta y espera que lo compre una sociedad que vuelva a convertir en un equipo que compite de verdad.
Tras acción popular interpuesta de Jesús Obando, un juez de la República ya le dio la razón al municipio, y es cuestión de tiempo que se entregue el peritaje que definirá el valor del club para que se inicie la subasta por parte de la alcaldía. La entidad que lo administra, la que es propiedad de Ángel, podrá ser liquidada o podrán hacer lo que quieran con ella: es un tema que en realidad no importa.
¿Qué deberá hacer el alcalde? Quedarse, si lo considera, con el 20%, y vender el restante 80% a una sociedad, porque, como lo reza en su artículo 29 la Ley 181 de 1995, la Ley del Deporte, “ninguna persona natural o jurídica podrá poseer más del 20% de los títulos de afiliación, acciones o aportes de los clubes”.
Ángel, que, mediante taquillas y venta de jugadores, ya se usufructuó bastante del equipo, tendrá que devolverlo a su legítimo dueño, y el dinero de la venta ingresará a la alcaldía, que podrá con ello trabajar por el deporte de la ciudad.
Dicha venta debe estar unida al reconocimiento del equipo como patrimonio de la ciudad y del departamento, lo que implica que nunca podrá cambiar de domicilio ni de razón social.
Y ¿qué puede reclamar Hernando Ángel? Nada. Lo que ha hecho con el equipo no tiene sustento legal. Lo que es suyo ya lo tiene, la entidad que hoy administra el club, pero que pronto tendrá que dejar de hacerlo. De resto no se enreden en debates sin sentido.
Bajo el liderazgo de Pablo Jaramillo, que ya ha sostenido reuniones con más de 100 líderes departamentales y nacionales, en busca futuros inversores, se ha logrado que sin importar colores políticos el Quindío, la sociedad se haya unido en torno al símbolo más grande del departamento. Hoy Jaramillo lidera la causa de todos; tanto que incluso el Concejo de Armenia ya sentó su posición.
Cuando esté listo el peritaje, se debe buscar que la alcaldía le venda el 80% del equipo a una sociedad anónima justa, con accionistas de verdad, con hinchas, con empresarios de la región, que busquen el bienestar del equipo, que lo armen para figurar. Recuerde, el club es una cosa y la entidad que se creó para administrarlo es otra, y el club nunca ha dejado de ser propiedad del municipio, que ahora tiene que ceñirse a la Ley del Deporte.
¿Le entiendes por fin? La entidad que hoy lo administra bien puede liquidarse cuando quiera, pues Armenia no le debe absolutamente nada. Vallejo siempre está en primera fila; Pablo Jaramillo se reunirá con él en los próximos días. Ellos y miles tienen puesta la camiseta verde con la uve en el pecho: del Quindío todos somos los defensores.
Opinión por Finito
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