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La adolescencia social e irresponsabilidad económica

América Latina

Lo que está pasando en Argentina ha generado todo tipo de opiniones, en su mayoría marcadas por profundas ideologías sociales y económicas, sin embargo, al analizar con detenimiento el contexto de la discusión, queda claro que lo que está en debate es, en realidad, un grupo de valores sociales relacionados con el éxito o fracaso de una sociedad, lo cierto es que, el argumento ideológico no es más que una fachada, asociada a la facilidad de cierto tipo de valores para alinearse con conjuntos de ideas específicos.

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En realidad, los planteamientos enfrentados giran en torno a si la sociedad de América Latina debe ser responsable o irresponsable. La discusión no es menor, pues las decisiones que se tomen definirán la posibilidad de que salga o no de los precarios niveles de desarrollo en los que actualmente se encuentra.

Para entender mejor el planteamiento, suscribamos el análisis a la comparación entre dos hogares, uno liderado por padres con mentalidad adulta, mientras en el otro toman decisiones padres inmaduros con mentalidad adolescente.

En el primer hogar, tanto el padre como la madre estarán muy concentrados en construir valor, crean una familia con altos niveles de bienestar en el marco de un decidido trabajo en equipo.

Seguramente será un hogar que analizará muy seriamente el momento en el que llegarán los hijos, de forma que la capacidad económica garantice su bienestar, además, se tratará de una familia en la que sus integrantes se esforzarán por formarse para poder incrementar paulatinamente sus ingresos, gracias a la posibilidad de acceder a mejores posiciones en sus trabajos. Se endeudarán sin duda, pero no lo harán para irse de vacaciones, comprar muebles nuevos o ropa, lo harán para educarse o construir alguna clase de emprendimiento que facilite el mejoramiento de los ingresos, también lo harán para procurar un techo que cubra sus cabezas.

Sin duda, estamos hablando de un hogar austero que no irá nunca más allá de sus posibilidades, que pagará sus deudas a tiempo, ahorrará en época de abundancia para procurarse tranquilidad durante la escasez. Construirá fondos para financiar la educación de sus hijos y se asegurará de que todos sus ahorros crezcan de forma importante, en el marco de inversiones seguras y rentables. 

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América Latina

FOTO: iStock

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En contraposición, el segundo hogar, será uno en el que habrá desunión, peleas internas y ausencia de objetivos comunes, a su interior llegarán los hijos a destiempo, de forma totalmente improvisada y sin esperarlos, sus integrantes tomarán decisiones que no apuntan al largo plazo, más bien al día a día, el dinero que llegue de más al hogar será usado para alguna fiesta, para irse de viaje, para vivir el momento; la educación y la inversión en emprendimientos no serán una prioridad por cuánto suponen dejar de vivir la vida con la intensidad necesaria, de hecho se endeudarán hasta donde puedan para vivir una vida que va mucho más allá de sus posibilidades, por supuesto, cuando lleguen las cuentas evitarán a toda costa honrarlas esperando que alguien más se encargue o que desaparezcan por cansancio de quién las exige. Cuando sea necesario costear la educación de sus hijos, no tendrán como hacerlo, pues no existirán ahorros que les permitan solventar semejante necesidad, por lo tanto, sus retoños tendrán que arreglárselas solos.

Pues bien, hay países llenos de hogares del primer tipo, que al tomar decisiones políticas y económicas, lo hacen alineados con semejante cultura, en general logran altos niveles de bienestar y desarrollo, de otra parte, hay países llenos del segundo tipo de hogares, como los de América Latina, que toman sistemáticamente decisiones colectivas erróneas, desatinadas, que los llevan por caminos escabrosos, en cualquier caso, asignan la responsabilidad de su desgracia a algo o alguien diferente de ellos y su manera irresponsable de actuar; por supuesto, en general, están sumergidos en el subdesarrollo.  

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En síntesis, hay países adultos, económica y socialmente, que se hacen cargo de su situación, toman decisiones responsables, científicas, que son afrontadas luego de analizar seriamente sus implicaciones. Por otro lado, hay países adolescentes, infantiles, que no miden las consecuencias de sus actos, que deciden en el marco de una perspectiva emocional más que racional y prefieren que otros se hagan cargo de su desorden.

En ambos tipos de países hay personajes técnicamente capaces que se comportan como el ‘Grillo Parlante’, icónico personaje de la conocida obra ‘Pinocho’ escrita por Carlo Collodi, proponen con profunda convicción gastar menos, endeudarse de forma responsable y pagando lo que se debe, tomar estos recursos y utilizarlos para desarrollar de forma real la matriz productiva, recomiendan reducir el déficit fiscal, es decir, centrarse en disfrutar únicamente lo que la sociedad realmente ha construido. Semejantes propuestas, en las sociedades adultas son aceptadas, son tenidas en cuenta, mientras en las sociedades infantiles no tienen eco y son ignoradas en perjuicio y destrucción de su economía y bienestar.

La pregunta que pesa de todo esto es si América Latina quiere alcanzar la mayoría de edad social o quiere seguir actuando como la marioneta mentirosa y caprichosa que quería convertirse a toda costa en un niño real.

Además, nos queda una clara lección, sin duda está bien querer que la sociedad mejore garantizando un conjunto de derechos para todos sus integrantes, pero para lograrlo dicha evolución no puede soportarse en economías y sociedades mentirosas, si se quiere vivir mejor es necesario construir el valor que financiará semejantes demandas, dicha construcción es responsabilidad de hasta el último individuo, no tiene sentido que unos se dediquen a construir mientras otros solamente se concentran en exigir y recibir los beneficios de dicha construcción.  

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ARMANDO ARDILA
Socio Fundador Teknidata Consultores/ Profesor de estrategia

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Written by jucebo

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