Así lo señaló uno de los 200 tatuadores que participaron el pasado fin de semana en la cuarta versión del Neiva Expotatoo, realizado en el Parque de la Música. “Muchas personas quieren relatar algo o expresar sus sentimientos por medio del tatuaje”, señaló una de las artistas.
DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
Por: Gustavo Patiño
Andrés Escobar es un neivano nacido y criado en Neiva, en el barrio Santa Inés. Pese a que ya lleva algunos años viviendo en Bogotá, donde vive del arte del tatuaje, estuvo el pasado fin de semana en la capital huilense para participar de la cuarta versión del Neiva Expotatoo, un evento que entre el viernes y domingo congregó a doscientos tatuadores de diferentes partes del país, ocho personas fuera del país, que participaron en 18 categorías, que van desde el estilo de realismo y micro realismo hasta el tradicional americano o japonés.
“Yo empecé a tatuar a los 20 años, llevo 14 años tatuando”, señala Andrés, “desde que tenía 16 años me interesé por el tatuaje y en la televisión pude cambiar la perspectiva marginal que se tenía del tatuaje, es decir, que lo ven como carcelero. Cuando entré a la universidad conocí a un compañero que estaba empezando en el tema del tatuaje y él me regaló un tatuaje de cumpleaños, ahí fue cuando empecé a tatuarme y, después ya con más confianza, le dije que me ayudara a conseguir mi máquina y empecé a practicar con mis amigos y los pelaos del barrio”, narra el tatuador de 34 años de edad.
Breve historia del tatuaje
El tatuaje existe hace más de seis milenios, arqueólogos han encontrado evidencias de esta práctica en Egipto, China, Japón, entre otros países. En la cultura maorí, los tatuajes eran una forma de identidad y pertenencia a alguna tribu, además tenían significados espirituales, pues se creía que ayudaban a las personas a encontrar el camino en el más allá. En Japón los tatuajes eran utilizados para decorar los cuerpos de los criminales y de los samuráis. En la cultura occidental fueron popularizados por los marineros y militares, que llegaban con tatuajes de sus viajes. En la década de los 40 del siglo 20, en EEUU se hizo popular un estilo de líneas gruesas y sólidas y con colores de relleno llanos y llamativos, ese estilo es el que actualmente se conoce como tradicional americano, en el que se especializa Andrés, “le dicen tradicional americano, porque se empezó a desarrollar en los años 40 y 50, era lo que había, lo que se había creado y ahora se ha popularizado. Mantener esa línea me parece bacano porque aparte que es el origen y todo lo que eso representa, es un estilo de tatuaje que se va a conservar muy bien con los años”, asegura.
Escobar, quien nos habla mientras digitaliza uno de sus dibujos en su Tablet para luego imprimirlo en una plantilla, que le permitirá poderlo fijar con una tinta temporal en la piel y así poder utilizar la máquina repasando las líneas con tinta permanente, nos cuenta que para él el tatuaje más que un arte es una artesanía, porque es algo hecho con las manos, muchas veces único, “es algo manual que sale del dibujo que uno compone y luego se plasma en el cuerpo de una persona”, asegura el artista y reconoce que es difícil vivir de este oficio, “obviamente es un medio para uno vivir y aunque como dicen que vivir del arte es difícil y es cierto, sí se puede, yo siempre lo hice fue porque me gustaba y porque quería vivir de un oficio no convencional totalmente diferente a los oficios comunes”, asegura.
La cuarta versión
El evento, que se desarrolló en el Parque de la Música Jorge Villamil Cordobéz, es organizado por Manuel Medina. El Neiva Expotatoo nació en 2019, con una versión que no se pudo hacer en 2020 por la pandemia, “la idea nació hace más o menos unos ocho años, tenía la intención de hacerla, pero no me sentí lo suficientemente preparado para organizarla y al año siguiente vino a Neiva alguien e hizo un evento parecido, pero en mi criterio menos organizado, entonces yo dije ‘vea que sí se puede hacer en Neiva’ y se lo comenté a quien fue el primer socio y en el 2019 se hizo, las ganancias fueron más emocionales y espirituales, pero lo hicimos, en el 2020 no se pudo hacer, pero yo lo retomé en 2021 y seguí. Todo lo que usted ve, es hecho por mí, unos cuantos amigos y mi chica, que siempre ha estado impulsándome, dándome consejos y regaños”, señala Medina.
Entre los tatuadores de otras regiones está Isabella Zapata Celis, quien tiene como nombre artístico Bella Hipnos y lleva tatuando 7 años, ella vino desde Medellín para participar en la feria neivana, “yo siempre pinté y dibujé desde niña. Desde los 17 me fui a vivir con varios artistas, todos tatuadores y lo que me motivó a empezar a tatuar fue que quedé en embarazo, fue como el impulso”, señala Zapata Celis. Para Bella Hipnos, el tatuaje es una expresión artística, “muchas personas quieren guardar algún recuerdo, quieren relatar algo o expresar sus sentimientos por medio del tatuaje. Muchas personas lo ven aun con mucho tabú, pero es un arte muy bonito”, agrega. Su estilo es uno que se llama línea fina, que son un tipo de tatuajes con líneas delicadas, generalmente minimalistas pero algunos con muchos detalles, “es el tipo de tatuaje que más trabajo, pero ahorita me estoy abriendo a formatos más grandes pero siempre respetando la línea fina y los detalles”, asegura.
Misael Alfaro, maestro en bellas artes y dedicado al tatuaje desde hace cinco años, es otro de los participantes, él vino desde Bogotá, “es evidente que está de moda, muchas personas le han perdido el temor al estigma que antes tenía y hoy en día es una expresión artística muy importante dentro de la historia contemporánea y de hecho me atrevo a decir que es una de las tendencias gráficas más importantes de nuestra época”, asegura y señala que la tendencia que le gusta trabajar es la de full color, “es una de las tendencias más nuevas, se puede hacer gracias a los avances tecnológicos en las máquinas y los pigmentos, porque antes el tatuaje era muy rústico y no permitía hacer lo que hacemos hoy que básicamente son obras de arte en la piel”, señala.
‘Es una vitrina’
Para Andrés Escobar estos eventos son importantes porque son escenarios en los que se conocen a tatuadores de otras regiones “sirve también para que la gente del público local se dé cuenta del tatuaje más allá de lo que es tendencia o está de moda. También porque uno como tatuador ve otros estilos y genera redes”, asegura. Isabella Zapata, asegura que el evento es de mucha importancia porque permite que la gente del común pueda conocer más del tatuaje, “pueden ver que es una muestra cultural totalmente diferente a la percepción que tienen muchas personas por ahí”, asegura. Manuel Medina por su parte señala que esta es una vitrina para que los artistas se den a conocer, “es una publicidad muy grande. Yo soy de Cali, allá hay un evento que es uno de los dos más grandes de Latinoamérica, el Cali Tatoo Festival y yo sagradamente pago el 1’500.000 de registro cada año porque es una vitrina de tres días, este año va a ser en agosto y te aseguro que luego, agoste, septiembre y octubre no doy abasto, porque la gente se empieza a agendar, eso es lo que queremos lograr con este evento”, señala el organizador, “el año pasado logramos que nos visitaran 600 personas por día, este año queremos superar ese número, estamos haciendo un conteo muy somero porque el evento tiene entrada libre, no manejamos boletería, la gente puede entrar a cualquier hora y no hay restricción por edades, acá se ven a las familias que vienen y observan a los tatuadores trabajando en tiempo real”, asegura, “igualmente acá hacen presencia organizaciones del sector, que ven el trabajo de los participantes y si les gusta su trabajo los invitan a otros eventos y hasta los patrocinan”.
