Las casas se harán en el municipio de Uribia para las familias damnificadas por huracán Julia en el 2022.
En el municipio de Uribia, en el departamento de La Guajira, se construirán 30 viviendas para las familias afectadas por el huracán Julia en 2022. Esta iniciativa se llevará a cabo a través de una alianza público-privada entre Cementos Argos, Fundación Grupo Argos, Grupo Aval, Fundación Santo Domingo y el Ministerio de Vivienda.
El proyecto tiene una inversión total de $4.000 millones, de los cuales el 70% será aportado por el Ministerio de Vivienda, y el 30% restante será financiado por el sector privado. Este proyecto, denominado Miiroku (que en Wayuunaiki significa ‘sitio de agua’), está diseñado para beneficiar a las comunidades indígenas Kayuswaaralu y Naleep en Uribia, Alta Guajira.
Las viviendas estarán equipadas con una cubierta a dos aguas invertida, diseñada para captar la mayor cantidad posible de agua lluvia, que se almacenará en dos tanques centrales de 1.000 litros cada uno. Además, el suministro de agua segura se realizará mediante carrotanques. El proyecto Miiroku también está planeado para beneficiar a un total de 270 familias. Se utilizarán materiales naturales y locales para garantizar la construcción de estructuras resilientes y sostenibles. El chinchorro o hamaca será el mobiliario principal.
Este es el primer proyecto de vivienda prioritaria indígena diferencial en La Guajira. Las viviendas cumplirán con las normas de construcción y sismo resistencia vigentes en Colombia, y se tendrán en cuenta las características ambientales del departamento, particularmente los vientos huracanados.
El proyecto se basa en un sistema constructivo que permite una construcción escalable con bajos costos logísticos y tiempos de entrega que no superan los 1,5 meses por vivienda. Este enfoque asegura una rápida construcción de las unidades planificadas.
El recurso hídrico se tratará mediante filtros de agua para garantizar su aptitud para el consumo humano. Estos filtros serán donados por la fundación Grupo Argos a través de su programa Aquavida. Además, este modelo de construcción es transferible a otros territorios indígenas homogéneos.
Juan Esteban Calle, presidente de Cementos Argos, indicó, “estamos convencidos de que podemos hacer realidad los sueños de vivienda e infraestructura en los territorios donde operamos. Una casa digna es un derecho fundamental, ya que los sueños de una familia empiezan con un techo propio”.
Elizabeth Londoño, directora del programa ‘Casa pa mí’, manifestó, “comprendimos que la comunidad no utiliza camas tradicionales y habitaciones como nosotros, sino que descansa en chinchorros. La conexión con la tierra de esta población va mucho más allá de la disponibilidad y se adentra en la importancia de lo ancestral en su cultura”.
Conchita Iguarán, lideresa de la comunidad Kayuswaaralu, manifestó que desde el inicio hubo una interacción muy fuerte entre las empresas y la comunidad indígena, lo que generó una confianza mutua. “Este universo mágico nos ha unido a todos para luchar con el mismo propósito, que es dignificar la vida de las comunidades indígenas de la región”, concluyó.