El 2024 es un año que no se quedará atrás en materia de presiones en el mercado de divisas, principalmente por los movimientos del dólar, que si bien no ha vuelto a romper la barrera de los $5.000 como en el 2023, sí ha tenido contra las cuerdas a otras monedas, principalmente por las elecciones de los Estados Unidos.
Las últimas semanas han estado marcadas por una volatilidad en la que, para el caso de Colombia, se han visto niveles cercanos a los $4.500, aunque durante los días más recientes ha caído hasta rondar los $4.300, a la espera de que en el corto plazo mantenga una tendencia decreciente que libere presiones en el mercado local.
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Prueba de esto es la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo para el mes de noviembre, donde se proyecta que la moneda estadounidense acabe el año en $4.200. Esto, teniendo en cuenta que el mercado entró en su recta final y gran parte de los inversionistas empiezan a hacer balance y proyecciones para el 2025.
Una semana importante
Al cierre de esta semana, el equipo de investigación de mercados de Pepperstone, publicó un análisis en el que destaca la resiliencia del peso colombiano y adelantó que la próxima semana vendrán datos importantes para definir el comportamiento de la divisa local, que podría seguir recortando camino al dólar.
Quasar Elizundia, jefe de este equipo, reseñó que la fortaleza de esta moneda no debe menospreciarse, ya que en varias ocasiones se ha recuperado de las disparadas del dólar y conforme pasa el tiempo, cada vez hay menos presiones, tanto en el país, como desde el exterior, principalmente desde Estados Unidos.
“Durante la jornada del jueves (12 de diciembre), el peso logró avanzar nuevamente frente al dólar estadounidense, registrando un aumento del 0,2%. Esta recuperación se sustenta en parte por datos positivos recientes, como un repunte en manufactura y exportaciones, que han impulsado su valor frente a las principales monedas desde inicios de mes”, explicó.
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Pese a lo bien que va el peso, Elizundia deja claro que la fortaleza del dólar a nivel global y las expectativas de la política monetaria de la Reserva Federal podrían representar riesgos para el peso colombiano.
“Los últimos datos de inflación en Estados Unidos, que mostraron un incremento interanual del 2,7%, refuerzan la posibilidad de una postura monetaria más moderada en el futuro. Los mercados anticipan recortes de tasas por parte de la Fed en 2025, aunque la persistencia de una inflación subyacente del 3,3% podría limitar su capacidad de actuar durante el año entrante”, sentenció.
Ahora bien, respecto a lo que viene a corto y mediano plazo, manifestó que los datos económicos clave en Colombia, como producción industrial y ventas minoristas de octubre, programados para la próxima semana, podrían jugar un papel determinante en la trayectoria del peso.
“Resultados sólidos podrían fortalecer el optimismo de los inversionistas y estabilizar la moneda, mientras que cifras decepcionantes podrían intensificar las preocupaciones sobre el crecimiento económico y aumentar la presión de venta sobre el peso”, advirtió.
Quasar Elizundia cerró señalando que aunque el peso colombiano ha mostrado un desempeño positivo reciente, su futuro dependerá de un delicado equilibrio entre factores domésticos e internacionales.
“Los próximos datos económicos nacionales serán claves para evaluar las perspectivas a corto y mediano plazo, mientras que las decisiones de la Fed y la fortaleza del dólar seguirán siendo elementos críticos en el escenario cambiario”, concluyó.