Aunque el optimismo es una de las características más notorias en los colombianos y recientes estudios lo han destacado como una cualidad que pocos tienen, las recientes tormentas económicas mantienen vivos ciertos temores entre la gente, respecto al futuro fiscal del país y cómo eso podría impactar sus finanzas personales.
Así quedó demostrado en un reciente informe de Ipsos, titulado “Predicciones Globales para 2025”, en el cual se advierte que los impuestos, el costo de vida, el desempleo, el poder de sus ingresos y las decisiones de política monetaria, preocupan a más de la mitad de la población, que a su vez mantienen un optimismo bajo de cara al futuro.
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Según explicaron los investigadores a cargo, luego de realizar una encuesta en 33 países, se determinó a nivel general, que el 79% de los participantes cree que los precios crecerán más rápido que sus ingresos, manteniendo una preocupación constante que no ha variado desde 2022. Al mismo tiempo, el 74% anticipa mayores impuestos y el 68% teme un aumento en el desempleo, evidenciando la falta de confianza en una recuperación económica sustancial.
“En una encuesta realizada en 33 países, el 79% de los participantes cree que los precios crecerán más rápido que sus ingresos, manteniendo una preocupación constante que no ha variado desde 2022. Al mismo tiempo, el 74% anticipa mayores impuestos y el 68% teme un aumento en el desempleo, evidenciando la falta de confianza en una recuperación económica sustancial”, indicaron.
Dicho esto, desde Ipsos resaltaron que los resultados reflejan una mezcla de factores, comenzando por la persistente inflación, los rezagos de las políticas monetarias post-pandemia y las tensiones geopolíticas han limitado el crecimiento económico, que siguen minando la confianza de los ciudadanos.
Caso Colombia
Las cifras en el contexto global no son las mejores y al hacer zoom en el panorama local, la realidad no dista mucho en cada caso, puesto que las mismas preocupaciones que sacuden al mundo, le pasan factura a la percepción de los colombianos y ensombrecen la esperanza de cara a lo que pueda pasar en el 2025.
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En este sentido, Ipsos sostuvo que en Colombia, el panorama económico refleja las tensiones que también se viven en el resto del mundo, aunque con matices particulares, ya que, por ejemplo, un contundente 77% de los colombianos considera que los precios aumentarán más rápido que sus ingresos en 2025, alineándose con el promedio global.
Sin embargo, el pesimismo crece aún más en relación con los impuestos, aspecto en el que el 79% de los consultados cree que serán más altos este año, quedando con un porcentaje que supera la media internacional.
“Por otro lado, aunque el desempleo sigue siendo una preocupación para el 69% de los colombianos, esta cifra representa una reducción de cinco puntos porcentuales respecto al año anterior, lo que podría interpretarse como un ligero avance en la generación de empleo”, dice el reporte.
Otro de los elementos consultados fue la expectativa respecto al futuro de la política monetaria y allí se observó que las tasas de interés continúan siendo una piedra en el zapato, dado que el 70% de los colombianos espera que suban en 2025, una cifra que, aunque menor que en 2024, sigue por encima del promedio global.
“En comparación con otros países latinoamericanos, Colombia presenta un escenario intermedio. Perú (72%) y México (75%) lideran las expectativas de aumento de tasas de interés en la región, mientras que, en temas de inflación, Colombia se mantiene en un 72%, por debajo del 79% global, pero aún con serias preocupaciones”, explicaron.
Para entender esta situación, los analistas señalaron que años de ajustes tributarios y volatilidad en los precios de bienes básicos han exacerbado la percepción de incertidumbre en este frente, por lo que habrá que esperar a que los ánimos se calmen más adelante, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias.
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“Sin embargo, el descenso en las expectativas de aumento de tasas de interés podría ser una luz al final del túnel. Si bien estas medidas son necesarias para controlar la inflación, también limitan el acceso al crédito y frenan el consumo. Una estabilización en este aspecto podría dar paso a un 2026 más favorable”, manifestaron.
Dicho todo lo anterior, en Ipsos cerraron diciendo que este año arranca con una economía global que sigue enfrentando retos importantes, pero también muestra algunos indicios de cambio, que según como vayan avanzando, tendrán un diversos impactos en la tranquilidad y confianza de los consumidores.
“Para Colombia, el desafío estará en equilibrar la carga tributaria, incentivar la inversión y generar empleo, para que las cifras de optimismo puedan finalmente traducirse en una mejor calidad de vida para sus ciudadanos”, concluyeron.
Panorama complejo
En este punto vale la pena recordar que el 2024 fue un año que se caracterizó por una fuerte tensión fiscal que se originó en las proyecciones de recaudo sobreestimadas que hizo el Gobierno Nacional en un principio y que no se cumplieron, obligando a que se realizaran recortes de gasto en esa vigencia.
Por otra parte, los constantes pronunciamientos e intentos que se han hecho desde la Casa de Nariño y el Ministerio de Hacienda respecto a una eventual reforma tributaria, que incluso se intentó pasar a fin de año como ley de financiamiento, también han generando un impacto en la percepción de la gente.
Ahora bien, tomando como referencia los datos presentados por Ipsos en esta encuesta, una de las prioridades de las autoridades este año deberá ser la recuperación de la confianza de los inversionistas y la ciudadanía en general, puesto que estos dos elementos son fundamentales para incentivar el consumo y la inversión, dos renglones de la economía que ya están mostrando mejoría, pero siguen en niveles bajos.