Asimismo, el obispo Miguel González denuncia los cobros efectuados por grupos armados ilegales a las comunidades rurales.
La inseguridad en el sur del Tolima continúa siendo motivo de alarma para autoridades civiles, militares y la comunidad en general. El creciente avance de grupos armados ilegales ha generado un ambiente de incertidumbre entre comerciantes, transportadores y empresarios agrícolas, quienes enfrentan extorsiones y amenazas constantes.
Monseñor Miguel Fernando González, obispo de la diócesis que cubre esta región, expresó su preocupación por la situación que vive la población. Según el prelado, existe una creciente presión por parte de grupos no identificados, lo que ha derivado en el cobro de extorsiones conocidas como «vacunas». “Es preocupante que nuestra gente esté pagando impuestos adicionales a personas desconocidas que están recogiendo altas sumas de dinero”, indicó.
Además, Monseñor González destacó un fenómeno inquietante: la combinación de actividades ilícitas como el narcotráfico con prácticas de brujería y devociones relacionadas con la «santa muerte». Estas prácticas, explicó, han captado la atención de jóvenes que buscan dinero fácil y rápido. «Es un negocio oscuro que pone en peligro el alma de nuestros jóvenes, quienes terminan involucrados en estas situaciones creyendo que resolverán sus problemas económicos. Además, es un ambiente de violencia y codicia que muchas veces lleva a la muerte, y lo más doloroso es el daño espiritual que causa a los involucrados», concluyó.
Mientras tanto, las autoridades locales y militares trabajan para contrarrestar el impacto de estos grupos y devolver la tranquilidad a las comunidades del sur del Tolima.