La informalidad laboral, uno de los principales retos económicos y sociales de Colombia, continúa afectando a las ciudades del país. Según los últimos datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 55,4% de la población ocupada en el país trabaja en condiciones informales, mientras que en las 23 principales ciudades y áreas metropolitanas esta cifra es del 43,7%.
Armenia, la capital del Quindío, no es ajena a esta problemática. Durante el trimestre móvil septiembre-noviembre de 2024, el 43,3% de la población ocupada en la ciudad se encontraba en condiciones de informalidad, ubicándose en la posición 20 entre las ciudades estudiadas, por debajo del promedio nacional y de otras ciudades como Quibdó, Ibagué, y Cali.
Una realidad visible en las calles
En las zonas céntricas de Armenia es común encontrar vendedores informales instalados en andenes o caminando por las calles ofreciendo sus productos. Esta situación refleja la lucha diaria de muchos ciudadanos por generar ingresos, aunque carezcan de acceso a prestaciones sociales como salud, pensión o riesgos laborales.
Juan, un trabajador por meses, comentó a QUINDÍO NOTICIAS: “Me pagan un sueldo, pero no recibo pagos para salud ni ARL. El empleo toca así. Es complejo tener un contrato a término indefinido. Con las nuevas normativas laborales, los empresarios prefieren optar por la informalidad.”
Por su parte, para Lina, una habitante de Armenia: “La informalidad es muy normal verla ya en las calles de Armenia, no solo son personas del Quindío o de otras regiones, también son ciudadanos venezolanos que se rebuscan el día a día para poder sobrevivir. No es que estén en contra de eso, pero en muchos casos la ubicación de los vendedores informales afecta la movilidad”, señaló a QUINDÍO NOTICIAS.
Factores estructurales y brechas laborales
El informe del DANE destaca que la informalidad sigue siendo un desafío significativo para hombres y mujeres en el país, aunque con dinámicas diferentes según el género y la ubicación geográfica. A nivel nacional, en el trimestre móvil septiembre-noviembre de 2024, la proporción de hombres ocupados informalmente fue del 56,9%, lo que representa una leve disminución de 0,4 puntos porcentuales frente al mismo periodo en 2023, cuando se registró un 57,3%. En el caso de las mujeres, la informalidad afectó al 53,2% de las ocupadas durante el mismo trimestre.
¿Qué se puede hacer?
El panorama laboral en Colombia evidencia con fuerza la necesidad urgente de políticas públicas que fomenten el empleo formal, especialmente en sectores vulnerables como el rural y en poblaciones específicas como los jóvenes y las mujeres campesinas. La creación de incentivos para la formalización y la implementación de estrategias inclusivas podrían ser pasos clave para cerrar las brechas existentes y generar empleos sostenibles.
La informalidad no solo afecta a quienes la viven, sino también al desarrollo económico y social del país, planteando un reto que requiere atención inmediata.