De brazos cruzados, excluidos y plantados, dicen haber quedado las víctimas del conflicto armado en Colombia que migraron a Boyacá en búsqueda de nuevas oportunidades tras haber sufrido en carne propia la violencia.
Nelly González coordinadora de la Mesa Departamental de Víctimas en Boyacá, dijo que “es hora de que el presidente Iván Duque le cumpla a la paz, que nos responda, porque hemos quedado excluidos de unas instituciones, y porque no vemos un apoyo a las víctimas que intentamos sobrevivir. Colombia está enfrentándose a nuevas violencias, a nuevos inconformismos, y eso, debe evaluarlo el gobierno”.
Por su parte el coronel en retiro William Donato quien permaneció secuestrado durante doce años en poder de la antigua guerrilla de las Farc, sostuvo que “este ha sido un acuerdo mal implementado, donde le dieron muchas facilidades a los victimarios, pero donde las víctimas seguimos quedando en el limbo”.
A su turno, el general Luis Mendieta, ex secuestrado por la extinta guerrilla de las FARC, y quien busca modificar las curules de paz, dice que el gran resumen es que a las FARC se le permitió quedar con un brazo armado, mientras se burla de las víctimas.
“Un brazo armado de las FARC está libre y operando, y el gobierno debe tener en cuenta que debe poner especial atención a esto. Dentro del balance, 5 años después de la firma de la paz, para las FARC debe ser magnífico, pero para las víctimas, nos quedan muchas asignaturas pendientes”, sostuvo Mendieta.
Las víctimas le piden concertación al gobierno nacional actual, pues dicen no estar recibiendo lo que en justicia idealizaron que seria el acuerdo de paz.
