En una desolada calle del barrio San Francisco (Ciudad Bolívar), un muchacho de 23 años fue asesinado la noche de este jueves, luego de que un sujeto le saliera al paso y le propinara dos tiros.
Cuando las autoridades llegaron al sitio, cerca a las instalaciones de la alcaldía local, ya no había nada qué hacer, el joven había fallecido prácticamente al instante. El agresor huyó a bordo de una motocicleta.
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El hecho habría quedado registrado en cámaras de seguridad de la zona y son estas grabaciones la pieza clave con la que las autoridades esperan dar con el responsable del homicidio.
Los hechos…
Todo sucedió cerca de la medianoche del jueves. Horas antes, en la víspera del ataque, el ahora occiso, identificado por las autoridades como Kevin Andrés López, estaba departiendo con un amigo en un bar de la zona de Arborizadora.
Cerca de las 9 de la noche, Kevin le pidió a su amigo que lo acompañara a su casa porque tenía que sacar algo que se le había olvidado. El amigo no le vio ningún problema y ambos salieron del bar con destino al inmueble.
Mientras Kevin iba y volvía, su amigo se quedó esperándolo en la esquina de la casa y pronto se dio cuenta que había un sujeto con una actitud sospechosa, el cual vestía un saco gris de capota y estaba rondando la casa. Cuando López salió, su amigo le sugirió que lo mejor era que tomaran un taxi para regresar al bar donde estaban. Y así fue, la pareja de amigos llegó al bar y continuaron con los planes que tenían para esa noche.
Cita mortal
Alguien llamó a Kevin insistentemente por celular. Luego de varias llamadas, el joven decidió salir a un punto de encuentro que le puso la persona que lo llamaba con tanta urgencia y nuevamente salió en compañía de su parcero.
La cita quedó pactada en una bomba de gasolina ubicada en cercanías de la diagonal 62 sur con carrera 20, en el barrio San Francisco. Cuando los dos jóvenes iban caminando por la dirección antes referida, se encontraron nuevamente con el sujeto que horas antes habían visto rondando en actitud sospechosa la casa de Kevin.
Una vez los identificó, el malandro no dudó en sacar un arma de fuego que tenía en la pretina de su pantalón y procedió con la violencia: Kevin recibió dos mortales disparos a la altura de su cabeza, que lo dejaron tendido en el suelo; mientras que el gatillero emprendió la huida a bordo de una motocicleta negra. El reloj marcaba las 11:30 de la noche.
El joven, quien en cuestión de segundos se había convertido en el principal testigo del crimen de su amigo, solo atinó a tratar de ayudar en vano a Kevin, pero la gravedad del ataque impidió que pudiera prestarle los primeros auxilios.
Cuando las autoridades llegaron solo restaba darles aviso a las unidades de criminalística para que procedieran con el levantamiento del cadáver.
De acuerdo con las autoridades, este crimen podría estar relacionado con ajustes de cuentas entre bandas que disputan cruentas guerras territoriales por el control del tráfico de drogas en la zona, dado que el hoy occiso ya tenía antecedentes por porte, tráfico y comercialización de estupefacientes.
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