En la primera entrega se expuso cómo la falta de coherencia entre lo que se proponía a la Junta Directiva y lo que finalmente se decidía llevó a que dos de cinco miembros renunciaran. En esta ocasión el tema es ¿cuál era la urgencia que tenía la Alcaldía para insistir en cumplir a través de Aguas y Aguas con un fallo de hace varios años, justo antes de que por transparencia electoral las alcaldías no pudieran contratar?
El caso Caimalito y Puerto Caldas
Sobre este tema también fue consultado Carlos Humberto Isaza y respondió: “Tristemente dos comunidades que tienen altas precariedades de mucha marginalidad, no son servidos por la empresa que debe proveerles. Entonces muy cerca al día de la renuncia, el día antes de la entrada en vigencia de la Ley de Garantías, nos citaron para una junta extraordinaria atípica. Cómo una junta de una empresa como Aguas y Aguas, qué se iba a hacer a través de chat, no era una plataforma como Zoom o Team”.
“Señores ¿por qué vamos a hacer una junta donde no hay la posibilidad siquiera de tener la dinámica propia de una conversación virtual? Respondieron que porque la Ley lo permite. Leo eso como la circunstancia que se adopta para tratar de impedir que se dé el debate. En esa víspera nos solicitaron una autorización para que el Municipio suscribiera dos convenios con la Empresa, orientados a llevar una solución a Caimalito y otra a Puerto Caldas, por ese chat yo les dije ¿a ustedes no les parece muy extraño que hagamos una junta justo el día anterior para autorizar un convenio para realizar unas obras en sitios que tienen una condición social tan crítica y que se puede entender como una decisión orientada a interferir un proceso electoral que se encuentra en pleno curso?”, relata Isaza.
La respuesta a por qué se hacía aquel día, fue que estaban cumpliendo unos fallos judiciales. “Bueno, déjenme ver los fallos”, pero eran fallos del 2011, hace 12 años, “pero consideraron que este era el momento oportuno para hacerlos cumplir”. ¿A quién afecta el fallo? “Si afecta al Municipio, este debe ser el que la realice, pero la respuesta que me da el alcalde fue que ‘el Municipio no tenía capacidad operativa para realizar esas actividades’. Puedo entender que no, pero es que los municipios actúan a través de contrataciones y aquí prefirieron hacerlo a través de Aguas y Aguas, porque tiene particularidades diferentes para realizar sus inversiones por su régimen administrativo privado”.
¿Aguas y Aguas tiene la capacidad de realizar ese par de convenios sin que interfiera en la ejecución de sus demás actividades? La respuesta que le dieron al inquieto miembro fue positiva. “Resulta que 15 días o un mes después, nos convocan nuevamente para decirnos que teníamos que reconsiderar las metas de ejecución de las inversiones, porque no estamos siendo capaces de ejecutar lo que está programado y si no cumplimos con las metas, nos va a pasar que nos van a evaluar mal y las consecuencias afectarán a la empresa”.
Cuando el doctor Carlos Humberto les replicó que hacía poco tiempo les habían dicho que los convenios de esas obras del Municipio, no ponían en riesgo las actividades ordinarias de la Empresa, empezó a notar que había circunstancias que dan a entender que están pasando cosas que no corresponden a una seria ejecución de una administración aplicada a atender una empresa de esta magnitud.
Así luce lo más avanzado de la Ptar 20 de Julio en Caimalito.Desde la Empresa
Los recursos para Caimalito y Puerto Caldas, fueron aprobados, pero lo que al día de hoy no existe son los contratos y por esto se le preguntó al gerente Leandro Jaramillo: “La ejecución de las obras depende de la aprobación de los Planes de Saneamiento y Manejo de vertimientos para cada uno de los corregimientos. Puerto Caldas fue aprobado este lunes y con esto podemos proceder a la contratación de las obras. El Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos de Caimalito está en revisión”.
La cotidianidad en Caimalito
Este lugar definitivamente parece un pueblo de Macondo, el transporte básico es la bicicleta; se ven novios, padres e hijos, familias y hasta cinco amigas que en forma horizontal pedalean y conversan tranquilamente a todo lo ancho de la calle en una tarde soporosa.
Se puede decir que Santiago de Jesús Peláez Henao es la historia viviente del corregimiento, lo tiene grabado en la mente y en el corazón, él también llegó en bici a la entrevista. Los años y el sol le imprimieron un aire de patriarca y lidera tres organizaciones comunitarias entre ellas es el representante de la empresa de Acueducto y Alcantarillado.
“El proyecto de acueducto y alcantarillado se ha venido trabajando hace dos años, muy lento, va muy lento hay que decirlo, el sistema que hay es artesanal. Ellos decían que estaban en un 80% de ejecución, pero nosotros como habitantes decimos que no, porque solo dos sectores tienen instalada la red pero no está conectada. Siempre nos hemos preguntado por qué hicieron primero una cosa que la otra, primero debieron construir las piscinas, el proyecto tiene dos Ptar, una en el 20 de Julio y la otra en La Carbonera, donde se va a hacer el tratamiento, pero están quietas, pero instalaron la tubería. En la ignorancia uno dice, esto fue al revés”.
Acerca del trazado de este proyecto, Peláez también lo define como complejo, porque son aproximadamente siete kilómetros, lo que es una de las causas que hace que en la época de invierno las viviendas colapsen. “Aquí debería primar el derecho a la salud y eso impacta mucho, porque son colectores en los afluentes de agua que tenemos. Hace 10 años la primer licitación fueron $9.000 millones y usted sabe que cuando no se ejecuta, se da una espera y hay que ir ampliando, porque eso no va a alcanzar. He hablado con el doctor Leandro Jaramillo y la actual administración para que todo no vaya quedando ahí y que se le dé continuidad al proyecto”.
Cifra
22 mil habitantes repartidos en 10 sectores tiene Caimalito.
