El 15 de noviembre quedará conformada la terna que se presentará al Consejo Superior para elegir el rector de la más importante universidad de la región. En estas páginas les contaremos quiénes son los candidatos.
Óscar Osorio Ospina
El pasado viernes los seis aspirantes a la rectoría de la Universidad Tecnológica de Pereira tuvieron su primer cara a cara en la ruta trazada para este proceso electoral, en un foro realizado en el auditorio Jorge Roa Martínez donde presentaron a los estamentos universitario tanto sus hojas de vida como sus propuestas de gobierno. Se trata de Luis Fernando Gaviria Trujillo, Carlos Alfonso Victoria Mena, Giovanni Arias, Alexander Molina Cabrera, Xiomara Rocío González Ordoñez y Juan Carlos Gutiérrez Arias.
El próximo miércoles, 15 de noviembre, en una urna virtual los estamentos universitarios votarán por el candidato de su preferencia, para conformar la terna que se presentará al Consejo Superior el cual procederá a designar el nuevo rector en sesión extraordinaria del 22 de noviembre. El elegido deberá posesionarse a principios de diciembre para un período de cuatro años. El voto de los docentes tendrá una ponderación del 40%, el de los estudiantes del 35%, los egresados el 15% y los administrativos el 10%. En estas páginas les contaremos quien es quién en este proceso.
Los pilares
Con el lema “Innovar y humanizar: por una UTP que refleje nuestros sueños”, el decano de la Facultad de Ingenierías, Alexander Molina Cabrera, presentó a EL DIARIO los pilares centrales de su propuesta, la cual está divida en cinco ejes centrados en el desarrollo humano, propendiendo por el mejoramiento del bienestar universitario y las garantías para el personal administrativo y docente. Estos ejes son:
1º Entorno de docencia de calidad para los retos productivos y sociales
2º La investigación aplicada, en ciencia básica, en cultura es clave para la innovación
3º La investigación universitaria: puerta para la generación de impacto social en el contexto y el aporte global.
4º Infraestructura física, tecnológica y estructura organizativa es base para el papel misional
5º. Nuestra comunidad, sus órganos directivos, la gobernanza y sus integrantes son el mayor legado institucional en el escenario de educación.
¿Cuáles son las bases centrales de su propuesta?
Hay un elemento central: la articulación de la comunidad, en paralelo con una articulación con el bio-territorio. La articulación interna se da sobre la base de unas condiciones materiales, espacio, semilleros, condiciones de salud y de nutrición, contratación digna, mejora de la infraestructura tecnológica y científica, que le permita a la comunidad desplegar sus capacidades, que motive también la creación y la innovación con rigurosidad. En cuanto a la articulación con el bio-territorio, tenemos unas crisis generales a nivel de población, de clima, de desarrollo territorial y de empleo que no vamos a poder solucionar si nosotros como universidad no damos unos pasos para poner nuestras capacidades en función de esos problemas. En todos los países del primer mundo y en las economías desarrolladas se han dado unos primeros pasos en la educación básica y en la educación universitaria han articulado las iniciativas de investigación y de creación con los sectores productivo y social.
¿Cómo opera esa articulación?
La articulación hacia adentro y hacia afuera con las comunidades, con las instituciones gubernamentales, el sector productivo y las empresas, es lo que nos permiten plantear una propuesta con cinco elementos de fondo correspondientes a los misionales, docencia, investigación y extensión, de infraestructura tecnológica y física y el cuidado y el ambiente para el talento humano en la comunidad universitaria. No basta con que la universidad presente buenos indicadores, que esté en un buen ranking o que tenga buenos profesionales, sino que debe construir ciudadanía justamente para resolver problemas del territorio, como el empleo, la provisión de servicios públicos, el fortalecimiento de la red educativa. Cada sector estratégico, salud, energía, el agro, requiere un acompañamiento mayor de la universidad y tenemos una responsabilidad enorme porque somos el tercer o cuarto presupuesto del departamento ($340.000 millones este año) y deberíamos estar actuando con una mayor responsabilidad frente al territorio.
¿Ante al mal ejemplo de algunos influencers, cómo lograr que haya una mayor matrícula y menos deserción?
Esa es una de las situaciones que nosotros hemos logrado vencer en la Facultad de Ingeniería. En general es un problema de todo el país, la matricula va para abajo, desde el 2018 ha habido cambios sociológicos, en la mentalidad de las personas y cambios tecnológicos que hacen que les llegue a los jóvenes un mensaje que no les muestra la universidad como opción. El camino educativo es poco mostrado por la paquidermia en la formación universitaria, no hemos sido capaces de articularnos con la formación precedente, estamos desarticulados del resto del territorio y eso nos lleva a que los chicos y chicas no tengan en mente el proceso universitario. En Ingenierías hemos tratado de articularnos con colegios, vamos a los pueblos, hacemos ferias de ciencias y exposiciones al interior de la universidad, buscamos ofrecer formaciones adicionales en ICFES, en idiomas, en tecnologías y con ese ejercicio hemos logrado que se mantenga la preferencia de algunos grupos específicos por matricularse y que una vez matriculado el estudiante pueda permanecer en su proyecto educativo. En la facultad pasamos de 2600 alumnos en el 2019 a 3100 en este momento, mientras que en las otras facultades han bajado. También tenemos una reducción en la deserción la cual viene por la atención a la comunidad estudiantil.
¿Cuáles son sus elementos diferenciadores de los otros candidatos?
La articulación mayor con todas las comunidades. Con el estudiantado ha sido bastante fuerte, tanto que en las elecciones a la decanatura he tenido la cifra récord que no había tenido ningún otro decano en la historia. Con el gobierno Duque tuvimos una articulación interesante y con el gobierno actual también tenemos esa capacidad de articulación, de encontrar los puntos de consenso, centrarnos en ello y eso nos ha permitido tener incrementos presupuestales y de proyectos.
¿Qué aspectos se deben mejorar en la UTP?
En el 2018 hubo una movilización masiva que hizo que la Federación de Departamentos les inyectara a las universidades un billón de pesos en infraestructura física. Eso no es un logro de un administrador en particular en ninguna universidad, sino de la presión social. Por ello tuvimos un incremento histórico en los recursos que llegan a la UTP del 22%, destinado a planes de desarrollo e infraestructura. Pero descuidaron aspectos como la formalización. Los edificios que tenemos son edificios buenos, que resuelven algunas situaciones, pero que en ningún momento se pensaron para ponerlos al servicio de la comunidad, de las empresas, de las instituciones gubernamentales y muy pocos escenarios contemplaron la participación estudiantil. No hay espacios masivos donde los chicos puedan disfrutar de su almuerzo, hacer creación colectiva o innovación, no hay equipos suficientes para ser prototipado de soluciones de software o hardware o por lo menos tener espacios donde puedan llegar una comunidad que tienen una necesidad ya sea rural o urbana. No tenemos escenarios culturales para teatro o pintura y no tenemos gestores culturales que le inyecten recursos o que tengan invitados internacionales.
¿Y en cuanto al personal docente?
Tenemos profesionales que llevan 12 años contratados por órdenes de prestación de servicios por 10 meses al año. Eso puede mejorarse a través de la gestión especifica en estos casos. Hay profesores que llevan 20 o 25 años y se van a jubilar dando clases por hora a menos de $40.000. Es un poco fuerte que una persona de una cualidad académica y científica, como tenemos nuestros profesores, no tengan una posibilidad de jubilación adecuada por el hecho de que nunca pudieron acceder a la planta. Ahí hay que dedicar algún esfuerzo, más que al cemento que sí se puede sostener.
Su hoja de vida
Ingeniero Electricista de la Universidad Tecnológica de Pereira, Magister en Ingeniería Eléctrica de la UTP y doctorado en Ingeniería de la Universidad de los Andes, cuya línea de estudio fue Sistemas Eléctricos de Potencia. Al terminar la secundaria hizo parte del programa de Bachilleres por Colombia, de Coltejer, lo que le permitió acceder a la educación superior. Al finalizar la maestría se vinculó a la docencia en la UTP al ganar un concurso de méritos. Desde el 2019 ocupa la Decanatura de la Facultad de Ingeniería conformada por una tecnología, cuatro programas de pregrado en ingeniería, dos especializaciones, dos maestrías y el único doctorado propio de la UTP. Esta facultad cuenta en la actualidad con la población más grande de estudiantes que puede tener una facultad, 3.000 en pregrado y 140 en postgrado, que la ubica como la primera en la universidad. En cuanto a grupos de investigación, son siete que según la última convocatoria de Minciencias están en la máxima categoría y cuenta con 11 de los 33 investigadores senior de la UTP.