Actualmente en Colombia a un pequeño empresario le toma en promedio 755 horas al año cumplir con los trámites burocráticos, situación que de acuerdo con los expertos se plantea como un palo en la rueda para el desarrollo económico de las diferentes regiones, ya que es tiempo que se pierde para generar negocios.
En este sentido vale la pena decir que incluso se han llegado a registrar gremios que han denunciado abusos por parte de funcionarios y contratistas a la hora de inspeccionar, argumentando que los extorsionan y con excusa de que hay un sinfín de trámites para x o y proceso, acaban cerrando sus puertas.
Imagen panorámica de Bogotá
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De esta manera, para poner un ejemplo, en ciudades como Bogotá las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, pueden enfrentar retrasos significativos en la obtención de permisos y licencias, lo que dificulta su operación y crecimiento. Esto puede disuadir a los emprendedores de iniciar nuevos proyectos y a los inversores de apostar por la ciudad.
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Esto sin contar que los inversores extranjeros pueden considerar la burocracia excesiva como un riesgo adicional, prefiriendo establecerse en lugares con trámites más ágiles y predecibles y que la burocracia excesiva puede fomentar prácticas corruptas.
Industria.
Un alto a la tramitomanía
Entendiendo esta situación y con el fin de hacer frente a esta problemática y convertir a Bogotá en una ciudad más competitiva, desde el Concejo de Bogotá se viene impulsando un nuevo acuerdo, que ya vio la luz y será parte del Plan Distrital de Desarrollo, para ponerle un pare a la tramitomanía.
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Se trata de la estrategia para racionalizar, auditar y eliminar los trámites en las entidades del Distrito, planteada por el concejal Daniel Briceño, según él, en respuesta al sufrimiento que viven miles de ciudadanos, comerciantes y microempresarios que, día a día, pierden tiempo y dinero intentando cumplir con los trámites en temas empresariales.
Microempresas
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Briceño explicó a Portafolio que la Estrategia de Racionalización de Trámites (ERT) busca simplificar, estandarizar, eliminar, optimizar y automatizar trámites y procedimientos administrativos para facilitar el acceso de los ciudadanos a sus derechos, con el fin de garantizar que todos los trámites y procedimientos que se le exigen a los ciudadanos sean legales, para acabar con el riesgo de abusos a los ciudadanos.
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“La estrategia va dirigida a ser implementada en todas las entidades y organismos distritales de Bogotá, para reducir costos, tiempos, documentos, procesos y pasos de los ciudadanos en su interacción con estas entidades”, dijo el cabildante.
Concejo de Bogotá
Archivo EL TIEMPO
Esta iniciativa se centra en la simplificación, estandarización, eliminación, optimización y automatización de trámites y procedimientos. Mediante una articulación con entidades que tienen trámites inscritos en el Sistema Único de Información de Trámites (SUIT), se asegura que todos los trámites exigidos en Bogotá formen parte de este sistema, mejorando así la eficiencia y transparencia.
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Además, la política antitrámites busca el cumplimiento de normas relacionadas con la automatización y digitalización de trámites, en coordinación con entidades distritales y nacionales. Adicionalmente, la Secretaría General de la Alcaldía de Bogotá deberá publicar informes semestrales para comunicar los resultados de la estrategia, permitiendo a los ciudadanos y empresas estar informados sobre los avances en la simplificación de procesos.
Pesos colombianos
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Con esto en el panorama, según Daniel Briceño, “si bien la Ley Antitrámites (Ley 2052 de 2020) ya está vigente, una vez sancionado el Plan Distrital de Desarrollo, la Secretaría General implementará las acciones de racionalización y revisión de trámites en las entidades del Distrito, para eliminar los procedimientos y trámites que estén fuera de la Ley”.
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De esta forma se espera que la nueva norma que regirá en el Distrito convierta a Bogotá en una ciudad mucho más atractiva para los inversionistas y con esto se genere desarrollo y bienestar para los ciudadanos.
