Catorce velas dispuestas en círculo, y cuatro sobre la mesa central, se encienden en homenaje a quienes se llevó la guerra. Su llama no se inmuta. El aire está quieto y un silencio profundo, casi reverencial, se siente en Nabusímake, territorio sagrado indigena y corazón espiritual de los arhuacos. Falta poco para que se comience a tejer la palabra, para que la Comisión de la Verdad les presente a los mamos la voz de quienes sufrieron la guerra.
Es 13 de noviembre de 2022 y al menos…