Un estruendo, como el de un volador, arrancó del descanso a varios vecinos en plena tarde del pasado domingo, antes de que una joven muchacha se desplomara a la vista de todos y con una herida de bala en su cuello. Los gritos y la desazón se apoderaron del barrio La Paz (Rafael Uribe), un sector que a pesar de su nombre, vivió momentos de terror por cuenta del ataque mortal del que fue víctima la joven Sandra Tatiana Solano Cortés.
La tensión y la incertidumbre por salvar la vida de la joven de 26 años se hizo evidente, pero se desangró de camino al Hospital El Tunal, donde dejó este mundo sin poder despedirse de sus dos pequeñas hijas.
Tarde de bala
Eran las 4 p. m. En el barrio había bastante movimiento: tiendas abiertas, familias y niños transitando el parque y las cuadras bañadas en el sol de la tarde. Solano, al parecer, bajaba con su novio por la calle 56 Sur con carrera 4I.
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“Dicen que ella iba con su novio y fue muy rápido todo. Yo escuché el tiro y los gritos desesperados de los vecinos. La cuadra se llenó de gente y yo salí y llamé a la Policía mientras todo el mundo gritaba que la ayudaran”, habló a Q’HUBO una vecina que ayudó a la muchacha.
Cuentan que pasaban los minutos y la Policía nada que llegaba, por lo que la tensión subió. “¡Ayúdenla, hagan algo!”, se escuchaba por toda la cuadra. Entonces entre otros cuatro vecinos alzamos a la chica y se buscó un carro de uno del barrio; la subimos, le echamos la bendición y se fueron al hospital”, agregó la mujer. Cuando llegaron al Hospital El Tunal la joven ya estaba pálida y falleció sin poder decir un adiós a sus dos hijas, que adoraba como a su vida misma.
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Peligroso sector
Según cuentan algunos vecinos, el sector donde fue baleada la muchacha es reconocido por ser una peligrosa olla. “A ella la mataron allá en ese hueco. Eso por ahí es muy peligroso, es mejor ni meterse”, dijo un vecino observando la zona que da susto.
Por su parte, las autoridades aún no han podido determinar los móviles de este asesinato. Lo único que les ha dado indicios es la manera tan rápida y silenciosa con la que se llevó a cabo el crimen, pues ella fue abordada por la espalda y sin si quiera poder ver el rostro, ni escuchar la voz de su agresor. Las investigaciones siguen su curso para dar con el malandro que le quitó la vida a la joven madre.
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Días antes de la fatalidad, Sandra Tatiana publicó en sus redes un sentido homenaje a sus hijas: “mis amores, las amo, son mi vida, mi motor, me hacen la mamá mas feliz. Hermosas, cada día le doy gracias a Dios por permitirme estar cada día, cada noche y cada minuto a su lado”, palabras que ahora resonaran como una fiel muestra de su enorme cariño a las dos niñas que ahora se quedaron sin su madre.
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