Debido al aumento del gasto que tuvo que asumir Bogotá para hacer frente a la crisis que originó la pandemia en 2020 y 2021; las finanzas de la capital del país enfrenta grandes retos por estos días, ya que si bien hay dinero para responder por los compromisos adquiridos, el margen para manejar la deuda está muy apretado.
Debido a esto la Alcaldía Distrital expidió en febrero un decreto con el cual puso en marcha un plan de austeridad que se centró en aquellos gastos no esenciales que se pueden recortar, con el fin de dar un respiro a la caja de la administración y proyectar una destinación eficiente de los recursos.
Luego de esto, a finales de mayo, el Concejo de Bogotá aprobó un artículo en el Plan Distrital de Desarrollo que convirtió esta medida administrativa en un acuerdo, dándole fuerza legislativa, para que sea una política transversal del equipo del alcalde Carlos Fernando Galán los próximos cuatro años.
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Uno de los pilares de esta política de austeridad es la reducción y racionalización del número de contratistas en el Distrito, con la meta puesta en disminuir entre un 10% y un 15% la cantidad de personas bajo la modalidad de OPS, lo que se traducirá en un ahorro aproximado de $300.000 mil millones.
Si bien este es un buen paso, la meta de quienes impulsan este acuerdo es ahorrarle a la ciudad casi $1 billón por año en el largo plazo, por lo que surge la pregunta de qué otros sectores pueden recortarse para pasar del cuarto de billón de pesos que reducirá en sus gastos la ciudad como los ajustes de nómina, al rango tan grande que se propusieron.
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Con esto en mente, el equipo del concejal Daniel Briceño dio a conocer un informe en el cual pasa la lupa a diversos renglones del gasto público en Bogotá, encontrando que hay varios a los cuales se les puede pasar la tijera para generar un flujo de caja adicional de hasta $200.000 millones para la ciudad.
Según estos expertos, son al menos 25 sectores, relacionados en su mayoría con servicios de publicidad o catering y gastos de representación, que en medio de la política de austeridad que ya comenzó a regir, podrían revisarse, teniendo en cuenta que la prioridad de los bogotanos por estos días es ahorrarle dinero a la capital.
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“Hay que regular todo el tema de viáticos, todo el tema de carros. Nosotros aprobamos a las administraciones un trabajo que vamos a comenzar a implementar y es que el funcionario público que tenga en Bogotá gastos de representación, que es esa porción de 20%, 30% o 40% más el sueldo mensual, no debería tener asignado un carro de manera permanente, únicamente algunos de forma misional”, dijo el concejal Briceño.
El primer renglón, con la cantidad de recursos más alta a revisar es el de Servicios de soporte (protección, call center y compra de tiquetes), que actualmente le cuesta a la ciudad más de $70.000 millones. A este le sigue el de servicios profesionales, científicos y técnicos (fuera de los contratistas y funcionarios), que reporta un gasto de $43.000 millones por año.
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En este discriminado también aparecen los gastos en servicios de alojamiento, suministro de comidas y bebidas, y transporte ($14.236.284.000), con el cual se propende por el bienestar y la movilidad de los empleados y colaboradores, facilitando su desempeño en diversas actividades y eventos. Así mismo, se pone sobre la mesa el área de servicios recreativos, culturales y deportivos, que cuestan $12.036.295.000.
Viáticos, servicios de telefonía celular, agencias para el manejo de medios, seguros de viajes, prendas de vestir y servicios alimenticios; son otros de los sectores que se plantean en este análisis. Si se suman los 25 rubros que pide revisar el equipo de Daniel Briceño, Bogotá podría ahorrarse $196.000 millones por año.
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Cabe resaltar que la propuesta no es suprimir totalmente estos dineros, ya que en muchos casos son necesarios para el correcto funcionamiento de la ciudad, pero sí que se usen para lo estrictamente necesario, teniendo en cuenta que las finanzas en Bogotá no están para incurrir en gastos innecesarios.