Un día cualquiera en Bellavista inicia a las 4 de la mañana, la hora a la que se tienen que parar los que duermen afuera de las celdas. Deben dar paso a los reclusos que no tienen plata y que se encargan de hacer el aseo, que tiene que estar listo en dos horas porque a las 6:00 a. m. entran los guardias del Inpec para el primero de los dos conteos que hacen en la jornada.
Los que tienen pieza, en cambio, verán a qué hora se levantan. Al fin de cuentas, al fondo del corredor están las…