En ocasiones el Banco de la República parece una entidad algo lejana para ciertos sectores de la población. Tal vez la complejidad de los temas a su cargo, o la formalidad y solemnidad que lo caracterizan, contribuyan a esta percepción.
(Lea acá: En cuatro años el gasto en planes voluntarios en salud ha subido 68%)
Sin embargo, el Banco trabaja día a día para proveer soluciones a las cambiantes necesidades cotidianas de los diferentes actores de la economía.
Un claro ejemplo de ello es el trabajo que adelanta para desarrollar un Sistema de Pagos Inmediatos de Bajo Valor Interoperado (Bre-B).
un ecosistema en donde los usuarios puedan hacer pagos digitales en tiempo real, en cualquier momento (24/7/365), de manera segura, simple y estandarizada, y desde cualquier cuenta o monedero electrónico con total interoperabilidad. La decisión de avanzar con Bre-B parte de la intención de proveer un bien público con externalidades positivas que difícilmente sería ofrecido por el sector privado.
(Vea acá: Economía en Colombia está creciendo por inercia y sin un claro catalizador)
Con esta decisión el Banco se une a la tendencia global de los pagos inmediatos de bajo valor. Muchos países cuentan ya con sistemas de estas características, lo que es consistente con el declive en el uso de instrumentos de pago físicos y el incremento de los digitales.
Uno de los casos más citados es el de Brasil y su sistema PIX, que en poco tiempo logró transformar el funcionamiento de los pagos en todo el país. Hoy PIX es el medio de pago más utilizado en Brasil, incluso por encima del efectivo y las tarjetas.
En contraposición, aunque en Colombia también ha habido un avance en términos de pagos digitales, el efectivo sigue siendo el medio de pago preferido.
El elevado uso del efectivo es costoso pues dificulta el seguimiento de actividades ilícitas y la auditoría contable por parte de las autoridades. Además, la producción de billetes y monedas, así como su disposición a lo largo del país, constituye un gasto significativo para el Banco. Una mayor adopción de pagos digitales no solo permitiría reducir estos costos, sino que redundaría en más bancarización e inclusión de la población.
El proceso liderado por el Banco comenzó con la instalación del Foro de Pagos, una instancia de discusión creada para construir, junto con los diferentes actores públicos y privados del sector, una propuesta de diseño del nuevo ecosistema.
(Siga acá: Precios de los alimentos subieron en septiembre)
Este espacio buscó reconocer los avances ya realizados por la industria y, con base en lo construido, diseñar una propuesta que permitiera complementar el sistema actual y solventar las fricciones prevalecientes. El diagnóstico llevado a cabo da cuenta de un incremento en la utilización de los monederos electrónicos y los códigos QR. Sin embargo, también evidencia limitaciones importantes, muchas de las cuales se originan en el hecho de que los esquemas transaccionales existentes se han desarrollado bajo modelos cerrados en donde solo pueden participar los usuarios pertenecientes a una misma entidad.
Esta baja interoperabilidad supone ineficiencias que impiden una mayor adopción y uso por parte de la población que encuentra dificultad al momento de hacer sus transacciones con usuarios que no utilizan el mismo proveedor de pagos. Prueba de ello es que personas y comercios tienden a abrir múltiples cuentas en varios monederos o a tener códigos QR de varias entidades para asegurar el acceso a los pagos inmediatos que requieren en su cotidianidad.
Si bien la industria ha comenzado a demostrar interés por lograr interoperabilidad en sus sistemas, aún persisten múltiples barreras para que esto se materialice. Y, mientras esto sucede, se mantienen las ineficiencias tanto para usuarios que tienen que “hacer maromas” para realizar sus pagos, como para el sistema al tener múltiples plataformas sin necesariamente lograr la escala requerida para recuperar sus inversiones en infraestructura y tecnología. Con base en este diagnóstico, y a través del diálogo con los diferentes participantes en el Foro de Pagos, se llegó a la propuesta de Bre-B.
Tarjetas de crédito.
iStock
El diseño acogido busca garantizar la interoperabilidad plena y el acceso universal, de manera que sea posible realizar pagos digitales en tiempo real, entre participantes de cualquier monedero o servicio de pago, de manera segura y a muy bajo costo.
También se espera promover el desarrollo de diferentes casos de uso, comenzando por aquellos entre personas y de personas a comercios, pero buscando extender el servicio a pagos entre comercios y a entidades públicas. Además, se espera que el sistema promueva la innovación continua del sector, por lo cual se deja abierta la posibilidad de adicionar funcionalidades en el futuro.
El diseño acordado contempla que el Banco provea una solución tecnológica que consta de tres componentes, a saber: el directorio centralizado, el módulo de liquidación y una cámara de pagos inmediatos; así como un nuevo marco regulatorio para la interoperabilidad dentro del ecosistema de pagos de bajo valor.
El liderazgo asumido por el Banco para diseñar e implementar Bre-B da continuidad a un compromiso que ha tenido la entidad con el funcionamiento de un sistema de pagos moderno e innovador que atienda las necesidades de los actores económicos y promueva el crecimiento y la profundización de los mercados financieros.
Bre-B traerá grandes beneficios a la economía colombiana al permitir operaciones de pago eficientes, seguras, interoperables y a bajo costo, en tiempo real y entre diferentes tipos de usuarios de entidades bancarias y no bancarias. Este nuevo ecosistema facilitará la inclusión financiera y propiciará una mayor competencia en la industria, propiciando a su vez la innovación y la escalabilidad de los casos de uso. El sistema también tendrá el potencial de contribuir a la formalización de la economía al reducir el uso del efectivo, lo que resultará en una oportunidad de obtener información que permita diseñar mejores políticas públicas e incrementar la productividad de diferentes actores.
Bibiana Taboada Arango y Mauricio Villamizar Villegas
