Este el único chimpancé que queda con vida en el Bioparque Ukumarí, podría ser trasladado a un santuario de fauna en otro país. Ya Brasil y Estados Unidos han mostrado su disposición para recibir el primate.
Yoko un chimpancé de 37 años de edad, el único individuo de su especie en cautiverio en Colombia, podría salir con rumbo a otro país y así tener un mejor destino al estar acompañado de otros primates similares.
Ayer precisamente en el Bioparque Ukumarí hubo una visita de senadora Esmeralda Hernández y un equipo de expertos de la Carder, para iniciar la primera mesa de trabajo que busca analizar la situación actual de Yoko.
Desde el bioparque pereirano manifestaron tener todo el compromiso con el bienestar de Yoko, señalaron que “abrimos nuestras puertas para generar mesas de trabajo y junto a expertos en diferentes áreas, tomar la decisión adecuada para garantizar el bienestar de este chimpancé por el resto de su vida”.
Sobre el posible traslado de Yoko a un santuario de fauna por fuera de Colombia, el director de la Carder, Julio César Gómez, manifestó en entrevista con El Diario que “hay varios destinos posibles para Yoko, nosotros lo que queremos y buscamos que esos destinos sean adecuados, por eso vamos a trabajar mucho con etólogos para mirar cuál es el mejor lugar para el”.
Por su parte, la Senadora en mención publicó el 1 de agosto que “para la liberación de Yoko, que es la cuarta gran víctima en la tragedia de Pancho, Chita y Karla y además el último chimpancé en cautiverio en Colombia, hemos recibido el apoyo de organizaciones de Estados Unidos, Suiza, España, Argentina y Colombia. A ellos gracias por su disposición y amor por los animales. Les cuento que tenemos varias opciones de santuarios que ya nos han dado el SÍ, uno en EEUU y uno en Brasil. Estamos a la espera de la confirmación de un tercer santuario en el Reino Unido”.
Es importante señalar que según el instituto Jane Goodall mencionan que “los chimpancés viven en comunidades que pueden tener desde 15 hasta más de 100 individuos de todas las edades y sexos. Su sistema social es de fisión-fusión, de forma que los individuos de una comunidad forman grupos más pequeños y temporales con distintas combinaciones: machos adultos solos, hembras adultas con sus crías, grupos mixtos, individuos solitarios o una hembra sola con su descendencia. Estos grupos pueden deshacerse para buscar alimento, copular o descansar y formar nuevas combinaciones de individuos. Las comunidades tienen jerarquías bien marcadas, y generalmente hay un macho dominante, a veces formando coaliciones con otros machos del grupo. Algunas hembras jóvenes abandonan su comunidad en búsqueda de una nueva, mientras que los machos permanecen en su comunidad natal y mantienen algún grado de parentesco, están todos emparentados”.
El hecho de que los chimpancés vivan en comunidades, sería la principal razón para buscarle un nuevo hogar a Yoko, ya que esto le permitiría tener una mejor calidad de vida.
Una vida difícil
Yoko ha tenido una vida difícil, víctima de la cultura mafiosa del país, ya que fue mascota por muchos años y por ende fue maltratado porque su tenedor lo vestía con ropa costosa lo que le causa diferentes afectaciones de salud.
Una vez la persona que tenía a este chimpancé como mascota falleció, el primate fue llevado a diferentes lugares hasta que fue encontrado en un contenedor, según mencionó el director de la Carder, en la frontera colombo- venezolana, y posteriormente puesto a cargo de las autoridades competentes.
La humanización de la que fue víctima Yoko, lo llevó a que actualmente le guste ver dibujos animados, también pinta y le gusta dormir en una hamaca.
Tras ser rescatado y llegar al Bioparque Ukumarí, este chimpancé que al parecer nació en 1986, presentaba problemas de salud como: Calvicie, úlceras en las encías, pérdida de piezas dentales y conductas relacionadas con el estrés.
Santuario
Uno de los lugares que ha manifestado su disposición de llevarse a Yoko, es el santuario de Sorocaba en Sao Paulo (Brasil), esto dentro del Proyecto Gran Simio. Allí hay alrededor de 50 chimpancés rescatados de zoos y circos y son tratados como personas no humanas, en unas instalaciones donde ellos acampan libremente entre la zona exterior y la interior en todo momento y con una atención personalizada, tanto en la comida como en sus entretenimientos.
