El viernes Libia García miraba con atención el listado de precios de una carnicería ubicada en la Plaza Minorista, y con expresión aliviada destacaba cómo, después de varios meses, volvían a ofrecerse algunos cortes de carne con precios por debajo de $10.000 la libra.
El hallazgo le causó una buena impresión, pues según ella desde hacía rato un billete de esa denominación no le alcanzaba para comprar siquiera “un pedacito de trestelas o espaldilla”, porque con los precios…