En medio del Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19, Claudia Liliana Barrios Ortega hace parte del equipo humano de la ESE Carmen Emilia Ospina de Neiva, encargada de inmunizar a miles de neivanos.
Es auxiliar de enfermería y durante buena parte de la pandemia estuvo sin trabajo, la llegada de los biológicos al país hace cinco meses, le significó una luz de esperanza en muchos aspectos.
Claudia lleva un registro de cuántas dosis aplica diariamente, su récord va en 345, fue un sábado en el Recinto Ferial La Vorágine. “Nunca había colocado tantas vacunas en mi vida, aquí en el Parque de la Música estamos en 150 o 170 dosis, eso es según la población”.
Trabaja de siete de la mañana a cinco de la tarde todos los días de la semana, excepto el domingo, pero cuando hay jornadas intensas, también se ocupa ese día.
“Estuve dos años sin laborar. Cuando comenzaron a decir que iban a llegar las vacunas me emocioné, como yo me he capacitado entonces apliqué a la convocatoria, es algo que me apasiona y aquí estoy. Al principio mis hijos tenían mucho temor, y todavía lo tienen, porque yo tengo obesidad, pero yo lo hago con todas las medidas de seguridad”.
El cansancio en sus piernas por estar todos los días de pie no es tan abrumador como cuando ve que hay poca gente por vacunar en los pasillos, dijo. “Eso me da tristeza, nosotros nos hacemos en la puerta y preguntamos a los que pasan si tienen la primera o segunda dosis”.
Desde niña jugaba a aplicar vacunas y cuando egresó del colegio optó por capacitarse en esta labor. Lleva 22 años en el mismo oficio.
La auxiliar en enfermería tiene tres hijos, que se preocupan por su trabajo. Su esposo aún la espera en casa con todas las medidas de bioseguridad.
