Comunidad indígena de Manaure se tomó secretaría de Educación departamental

Más de 20 estudiantes entre niñas y niños cuya edades oscilan entre 4 y 6 años, apoyados con cinco adultos se tomaron la puerta principal de la secretaría de Educación departamental, por cerca de una hora, cansados de las ‘mentiras’ que le han dicho quienes venían administrando esta cartera en La Guajira.

Los estudiantes tenían carteleras, quienes llevados por los adultos las mostraban cada vez que los mayores les hablaban en su lengua; quienes estaban exigiendo que se les respetaran sus derechos a la educación, transporte y además, infraestructura, porque reciben las clases en un salón sin las mínimas condiciones.

Esa manifestación la lideró la comunidad de Uluwalao, en cabeza de Julio Epieyu Fernández, quien se cansó de mandar documentos a diferentes entidades y todavía no le resuelven la necesidad que más apremia a dichos estudiantes, que no cuentan con profesora nombrada, quien enseña es una miembro de la comunidad que tiene más de un año sin recibir sueldo.

Epieyu Fernández pensó que la dificultad era porque desde la secretaría de Educación no habían visto a los niños y por eso dice a través de su traductor, que decidió llevarlos para que vean que existe la necesidad, que esos niños todos de la etnia wayuu, estudien.

Esta comunidad, situada en zona rural del municipio de Manaure en el kilómetro 30 vía a la ciudad fronteriza de Maicao, cuenta con 25 niños registrados en el Simat, pero desafortunadamente, “no cuentan con infraestructura digna para prestarle el servicio, no cuentan con batería sanitaria, no cuentan con aula étnica ni normal adecuada para el servicio, tampoco tienen una profesora contratada”, indicó Epieyu Fernández.

Aclaró que “la educación de los niños no es un balón porque los entes se tiran a uno y a otro y al final no se resuelve nada”, además manifestó que existen los niños, que está la cobertura y precisó que él no es mentiroso, no es falso y mucho menos es una persona que de pronto venga a exigir por nada, él viene a exigir porque es la máxima autoridad y es quién debe garantizarle el derecho a la educación de estos niños.

Dijo que existe una docente que ha prestado su servicio de corazón porque para ella los niños son como su segunda familia, “desde el año pasado ha venido prestando sus servicios gratis, sin sueldo, sin reconocimiento”. Igualmente, indicó que para los niños llegar hasta el sitio donde le imparten los conocimientos, tienen que caminar de 7 a 8 kilómetros bajo la inclemencia del sol y el gua en oportunidades.

Carmela Epiayu, es la docente del centro educativo sede Claudio Vangrieken Ichichon, quien ratificó que tampoco cuenta con material didáctico para el apoyo pedagógico, “lo más importante es que uno como docente debe contar con un recurso para movilizarse, porque uno trabaja porque tiene necesidad, igual que necesito materiales para que ellos hagan sus trabajos y desarrollen las actividades que se realizan a diario en el aula”.

Regresaron a la comunidad con la leve esperanza que se va a gestionar ante el departamento, para hacer una adición al operador de la canasta de alimentación para pagarle desde el mes de mayo en adelante a la docente. Esa propuesta para el líder Yasser Romero, no le convenció pero, la autoridad tradicional le creyó a la secretaria de Educación, Olidey Meza, quien manifestó que le hará seguimiento a ese compromiso.