La mencionada y defendida reforma política promovida durante todo un semestre por el petrismo en el Congreso, y que presentaban con orgullo como un instrumento para “mejorar la democracia”, terminó ayer ninguneada, censurada y sin doliente alguno en el Capitolio. Y es que como si se tratara de un virus, el propio Gobierno y sus aliados optaron por darle la espalda y tomar distancia hasta hundirla.
La iniciativa, a la que le achacaron “micos” que ya parecían orangutanes,…