El conductor de un bus interdepartamental, Ronald Smith Serna Trilleras, murió de una peritonitis en Neiva. El profesional del volante había sufrido golpes en el hígado al colisionar el vehículo y no fue tratado debidamente. “Solo le hicieron unos rayos X y le dijeron que no tenía nada”, manifestó su hermano Jeison Serna.
Lo que, al parecer, no fue un oportuno examen médico terminó costándole la vida al conductor de un bus afiliado a la empresa Cootranshuila, Ronald Smith Serna Trilleras, tras las heridas internas que sufrió en su organismo al accidentarse el vehículo.
El deceso del profesional del volante ocurrió, hacia las seis de la mañana de ayer, en una clínica de la ciudad de Neiva a donde llegó quejándose del dolor intenso que tenía en el estómago desde el domingo anterior cuando ocurrió el percance vial.
Serna Trilleras, de 36 años de edad, sufrió un golpe grave en el abdomen, cuando el bus colisionó contra una barrera de concreto en el sector de Silvania (Cundinamarca), en la ruta Neiva-Bogotá, el pasado domingo a las 2:30 de la tarde.
El hombre, padre de un niño de 2 años de edad y una niña de 15 años, fue auxiliado y trasladado en ambulancia hasta el Hospital San Rafael en Fusagasugá. “Le hicieron un rayos X y le dijeron que estaba bien, que no tenía nada y le dieron unas pasta para el dolor”, dijo su hermano Jeison en diálogo con LA NACIÓN.
Agregó que le manifestaron a su hermano que volviera al otro día (lunes), “él le dieron la salida, al otro día se presentó, no le dijeron nada más y lo mandaron para Neiva”.
Ronald llegó a su vivienda en la capital huilense en la noche del lunes, y el dolor en el estómago se volvió más intenso, por lo que el martes en la mañana acudió por urgencias con sus padres a la clínica Medilarse. “Le hicieron lo mismo que le hicieron en Fusagasugá, y lo mismo, que no tenía nada, que estaba muy estropeado, y que no era nada grave”, manifestó su hermano.
Indicó que la parte baja del estómago la tenía morada de lado a lado. “Eso era lo preocupante y en la clínica le dieron la salida a las 9 de la noche el martes, esa noche no podía ni acostarse, ni sentarse, pasó la noche en vela”.
Recordó Jeison que el miércoles volvieron con Ronald a la clínica y el médico que lo atendió ordenó de inmediato exámenes. “Cuando el médico de turno ya lo vio como más grave, le hicieron unos exámenes, un TAC abdominal, se dieron cuenta que tenía una hematoma en el hígado y algo en el riñón…”.
La lesión era delicada por lo que Serna Trilleras fue recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “Lo entubaron, canalizaron y a las 9 de la mañana del jueves llamaron a mi mamá y le dijeron que se presentara para que firmara una autorización porque tenían que hacerle una cirugía…”, sostuvo Jeison.
Aseguró que tras la autorización de la mamá para la cirugía en la mañana del jueves, a su hermano lo intervinieron a las seis de la tarde, sufriendo una complicación. “Lo entraron a cirugía, pero se dieron cuenta que le había dado peritonitis, entonces le hicieron un lavado, a la hora y media salieron dijeron que tenían que parar el proceso porque habían tenido complicaciones y que estaba muy débil, que lo iba dejar para hoy (ayer) o mañana (hoy)”.
Señaló que el anestesiólogo le dijo a la mamá que Ronald estaba muy delicado, “que tenía que estar preparada…”. “Esta mañana a raíz de la peritonitis ya no aguanto más y se nos fue”.
Jeison no duda en señalar que la muerte de su hermano ocurrió por falta de una atención médica oportuna. “Fue una negligencia total, tanto en Fusa que fue la primera parte donde lo atendieron como acá, cuando se llevó por primera vez por urgencias, ya tenía el estómago bien morado, debieron hacer los exámenes”.
