El proyecto de ley, liderado por el representante Daniel Carvalho, busca reducir los niveles de ruido en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, donde gran parte de la población vive expuesta a niveles superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud. A través de esta ley, se endurecen las sanciones para quienes violen las normativas y se establecen medidas claras para que las autoridades puedan gestionar adecuadamente este problema ambiental.
¿En qué consiste la ley?
La ley establece un plazo de un año para que el Gobierno Nacional, en conjunto con varios ministerios y el IDEAM, emita una política nacional de calidad acústica. Esta política incluirá una revisión de los niveles máximos de ruido establecidos en 2006, y la creación de mapas estratégicos y zonas acústicamente saturadas. Además, las alcaldías de ciudades con más de 100,000 habitantes deberán elaborar planes de acción para gestionar el ruido en sus territorios. La ley también tiene un enfoque inclusivo, ya que incluye medidas especiales para personas autistas, quienes son particularmente sensibles al sonido.
El ruido ha sido identificado como uno de los principales problemas ambientales y sociales en Colombia, causando no solo molestias, sino también conflictos vecinales y afectaciones a la salud pública. Según una encuesta reciente, más del 60% de los habitantes de Bogotá y Cartagena están insatisfechos con el ruido en sus ciudades. En las ciudades principales del país, por ejemplo, el ruido de las celebraciones, pirotecnia, música fuerte o zonas de rumbeaderos puede generar disturbios entre la comunidad.
La Ley contra el Ruido también introduce sanciones más severas para quienes alteren la tranquilidad pública. Las multas por perturbación serán más altas, subiendo de 8 a 16 salarios mínimos diarios, y se ampliarán a todos los sectores residenciales, no solo a las propiedades horizontales. Además, los agentes encargados de imponer las sanciones podrán recurrir a otras pruebas, además de los sonómetros, para medir los niveles de ruido. Se espera que, con la implementación de esta ley, se logre reducir el impacto del ruido en la vida diaria de los colombianos, mejorando la calidad de vida en las principales ciudades del país.
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