Consejos de juventud de Guainía y Vichada, a paso lento

Después de siete meses de haberse llevado a cabo las elecciones de consejos de juventud municipales, y a cinco meses de que los jóvenes asumieron como consejeros, la mayoría de Consejos en Guainía y Vichada aún no han logrado arrancar con sus agendas de trabajo por falta de “voluntad política” en las diferentes administraciones. 

“En el momento no hemos tenido ningún apoyo ni articulación con la administración municipal”, dijo Edwin Mancera, presidente del Consejo Municipal de Juventud de Puerto Carreño, pero aclaró que en el Consejo Departamental “sí se ha avanzado un poco más”.

Algo similar ocurre en el departamento de Guainía. “No hemos tenido acercamientos con la alcaldía ni se nos ha convocado a ningún tipo de espacio estipulado por la ley. A duras penas hemos visto una vez al alcalde, en nuestra posesión”, dijo Martín Rojas, consejero del municipio de Inírida y delegado a nivel departamental. 

Rojas precisó que “con la Secretaría de Gobierno Departamental sí hemos avanzado […] hemos realizado capacitaciones y nos están incluyendo en el desarrollo de la agenda de la administración, nos brindaron un espacio para poder operar, nos brindaron las herramientas para llevar a cabo nuestras labores”.

En diciembre de 2021 se realizó a nivel nacional la elección de los consejos de juventud, a través de un proceso electoral organizado por la Registraduría. En Vichada resultaron elegidos 43 consejeros (entre los cuatro municipios) y en Guainía 21 (entre Inírida y Barrancominas). 

Un consejo de juventud tiene como objetivo orientar la política pública de jóvenes en su territorio, así como realizar vigilancia, control y veeduría de los recursos destinados para este segmento de la población, pero muchos de quienes se podrían beneficiar de ese trabajo de los consejeros, aún desconocen su misión. 

“Nosotros nos encargamos de hacer cumplir a cabalidad todo lo que tenga que ver con juventudes, veeduría con los programas, es decir, si la gobernación y alcaldía realizan ciertos contratos, nosotros hacemos seguimiento para que el contrato se cumpla a cabalidad, para que no se desvíen como se han estado desviando a través de los años”, puntualizó el consejero carreñense Diego Estévez, de 28 años de edad.

“Para mí el consejo de juventud es un espacio donde las y los jóvenes debemos actuar como representantes de la juventud de nuestro territorio, ejerciendo la labor de intermediarios con las administraciones territoriales y también en las organizaciones privadas en los temas relativos a juventud, y también en general a través de diversos canales como lo son las plataformas y las asambleas”, manifestó Melisa Córdoba, consejera del municipio de Inírida.

El desconocimiento frente a los consejos de juventud se agudiza por falta de esa “voluntad política” de los entes territoriales para poner en marcha, como se debe, esa instancia consultiva. “No entiendo bien, no sé qué es exactamente el Consejo Municipal de Juventud, ¿cómo funciona?, me gustaría que me explicaran bien, ¿cuáles son funciones y cómo me beneficia a mi como joven?” dijo Karla Duarte, indígena de 17 años de edad y habitante de Puerto Carreño. 

Juan Sebastián Espinoza, consejero del municipio de La Primavera, indicó que sin apoyo y programas que garanticen el acompañamiento de sus funciones de parte de la administración municipal, llegar a otros jóvenes de la localidad, dar a conocer su trabajo y desempeñar sus funciones, les resulta difícil.

“Creo que ha faltado voluntad por parte de las entidades para capacitarnos, necesitamos más apoyo, solo así haríamos un gran trabajo”, manifestó Deyanira Caribana, consejera en Puerto Carreño. Explicó, además, que en el municipio no hay una caracterización de los jóvenes”, lo que dificulta el trabajo del Consejo. 

Pero los jóvenes consejeros sólo reclaman las condiciones mínimas para trabajar. Mancera puso el siguiente ejemplo: “El trabajo de papelería y demás lo hemos costeado de nuestros propios bolsillos, hemos venido trabajando con las uñas en nuestra política pública de juventud”.

El alcalde de Puerto Carreño, Jair Beltrán, manifestó a EL MORICHAL que “los consejos de juventudes no tienen una asignación presupuestal por parte de la alcaldía municipal”, aduciendo que el trabajo que realizan los consejeros de juventudes es “a honoris causa”.

Para Espinoza, el consejero primaverense, más que recursos económicos, requieren un espacio físico para poder reunirse y atender las solicitudes de los jóvenes de su municipios. “Nuestras necesidades cómo consejeros son tener un lugar adecuado para reunirnos en cualquier momento sin tener que pedir mediante solicitudes, porque se vuelve algo fastidioso para nosotros los jóvenes”. 

A nivel departamental, en Vichada, los consejeros delegados han corrido con mejor suerte.  Estévez aseguró que cuentan con “10 millones de pesos como recursos para eventos, viáticos para asistir a eventos en otros departamentos, estos recursos son por parte de la gobernación”. La Administración Departamental precisó que a través del Programa de Juventudes de la Secretaría de Asuntos Indígenas y Desarrollo Social han “venido realizando acompañamiento activo y orientación a dichos consejeros”.

Desde la Gobernación de Guainía también han dado algunas garantías para el desarrollo de actividades de los jóvenes consejeros. Desde la Secretaría de Gobierno manifestaron que les han otorgado “portátiles, impresoras, además de los elementos para el espacio de oficina que permitan su funcionamiento, espacio que fue dispuesto para ellos en la casa del barrio Cinco de Diciembre en el cual se encuentran ubicados los programas sociales de la Secretaría”.

En el municipio de Inírida, pese a que los jóvenes han enfatizado en que no han recibido apoyo para desempeñar un buen trabajo desde el Consejo, la administración municipal explicó que “han generado espacios de orientación y acompañamiento a solicitud del CJM esto con el fin de potencializar procesos que llevan de manera interna, así como ampliar información que puede ser de utilidad a nivel personal, profesional para cada consejero”.

Por su parte, desde la capital vichadense, el alcalde Beltrán reconoció que “todavía no hemos hecho una mesa de trabajo, solo hemos hablado en dos oportunidades”, pero se comprometió a tener presente las propuestas de los jóvenes y para desarrollarlas a través de los programas que existen en el municipio.

A paso lento

“Desde que nos posesionamos, hemos estado haciendo sesiones para organizarnos internamente, tales como los estatutos internos, votación de delegados, conformando los comités de trabajo. Ya tenemos un reglamento interno que nos ayuda a llevar a cabalidad nuestro trabajo y nos indica hasta dónde son nuestras responsabilidades”, aseguró Caribana.

El consejero Mancera aseguró que “iniciaremos el segundo semestre ejerciendo veeduría y concertación de la política pública de juventud aprobada”.

“En Inírida, ya hemos formalizado el reglamento interno, hicimos la asamblea de juventud en la cual su objetivo principal era poder tomar nota de las problemáticas que como juventud guainiana tenemos”, dijo Melisa Córdoba.

Estévez asegura que, a pesar de los tropiezos, las cosas van avanzando. “Es un tema que está comenzando hasta ahora, no podemos comenzar en un nuevo proyecto y saber todo de una vez, nos ha tocado capacitarnos e inclusive en este tema las entidades como gobernación y alcaldía les ha tocado capacitarse para ver en qué punto entramos nosotros y hasta qué punto puede llegar nuestra fuerza o injerencia”.

El optimismo aún reina entre los jóvenes consejeros. “Me enorgullece ser parte del primer Consejo Municipal de Juventud, poder ayudar a mí pueblo del alma y a chicos que quieren salir adelante”, dijo Alis Mariana Cansino, consejera en el municipio de Inírida.