“Yo escuché como tres tiros y corrí a esconderme; de la angustia no supe si dispararían más. Luego, me asomé y me di cuenta que había sido dentro del billar que queda llegando a la esquina, porque eso estaba lleno de Policía. Hablando acá con varios vecinos, lo que dicen es que eran dos tipos los que dispararon y se alcanzaron a volar, como que no agarraron a ninguno. El herido sí falleció al momentico de que le dispararan”, fue lo que comentó un vecino del barrio Refugio de San Antonio, donde la noche de este viernes se presentó un nuevo caso de sicariato.
Los hechos…
Wilson Polo Mendoza, de 35 años, la noche de este viernes se encontraba departiendo junto a amigos y conocidos en un billar ubicado en la esquina donde la carrera 16 se encuentra con la calle 185, en la localidad de Usaquén.
Todo transcurría tranquilamente entre las canciones y las carambolas, cuando de repente dos sujetos irrumpieron en la escena y fue en ese momento cuando la violencia cobró una nueva víctima.
Uno de los sujetos se acercó hasta donde Wilson se encontraba y, una vez se aseguró de que él era la persona que buscaba, de sus prendas salió a relucir el aterrador brillo de un revólver y acto seguido, a quemarropa y frente a varios testigos, disparó.
Wilson, quien apenas atinó a cubrirse, cayó herido de muerte frente a los nerviosos ojos de los testigos que no podían creer lo que veían.
Mientras alguien llamaba a las autoridades, varias personas se juntaron en torno al herido para prestarle ayuda, pero los disparos fueron implacables: uno a la altura del cuello y otro en la región torácica lo dejaron con pocas probabilidades y finalmente, a tan solo minutos del ataque, falleció.
El sicario y su cómplice huyeron impunes entre los pocos y aterrorizados testigos del hecho.
Cuando las autoridades hicieron presencia ya no había nada qué hacer: el cuerpo yacía sin vida en medio de las mesas de billar del establecimiento comercial.
Para las autoridades, el ataque pudo darse en un contexto de viejas rencillas entre el hoy occiso y el victimario, aunque no se descarta que el crimen esté relacionado con disputas zonales o cuentas pendientes entre bandas de la zona.
Sin embargo, al cierre de esta edición no había una versión oficial y los móviles del homicidio permanecían bajo investigación.
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