José Martiniano Correa, de 58 años, falleció hace varios días atrás, pero su cuerpo no ha podido descansar en paz dado a que aún no ha recibido cristiana sepultura. Los familiares, una vez sucedido el hecho, se dirigieron a la alcaldía de Malambo, donde recibieron la ayuda del ataúd y una orden para que fuera sepultado en una de las bóvedas del municipio.
Cuando la familia se dirigió al cementerio municipal para hacer la respectiva diligencia con los encargados, se encontraron con que las bóvedas en mención están todas ocupadas con cadáveres de personas fallecidas por COVID-9 y las mismas están altamente contaminadas porque los cuerpos aún siguen en ellas, lo cual no permite que sean utilizadas, hasta tanto no se haga un trabajo de descontaminación
Hoy el cadáver de José Martiniano Correa completa 4 días de estar siendo velado en su casa del barrio Villa Concorde 2 y aunque gracias a la solidaridad de sus vecinos se hizo una colecta de $500.000 para poder prepararlo, lo cual ha permitido que se preservara su cuerpo por estos días, ya hay preocupación en la familia y vecinos ante el deterioro del cuerpo que mantienen con hielo para amortiguar la descomposición del mismo, sin que hasta el momento de vislumbre una solución.
Pedro Rodríguez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Villa Concorde 2 y quien ha estado al frente de la situación, señaló que a raíz de la falta de bóvedas en el cementerio municipal se acercó a los administradores del cementerio del corregimiento de Caracolí, pero fueron renuentes para prestarle colaboración a la familia Correa
Edilsa Ortega, familiar del difunto, señaló que hay bóvedas vacías pero las alquilan en $950.000 y la familia es de escasos recursos y no cuentan con esos recursos, mientras tanto el cadáver de José Martiniano Correa sigue a espera de poder descansar en paz.
