La desaparición de Andrés Felipe Negrete Mendoza, un joven de Montería visto por última vez hace dos días en la Clínica San Sebastián, ha generado conmoción y controversia en la ciudad. Este miércoles, su cuerpo fue hallado en las aguas del río Sinú, y familiares confirmaron su identidad tras reconocer un tatuaje característico en su brazo.
Las autoridades han establecido que Andrés Felipe fue víctima de escopolamina, una sustancia que habría sido administrada con fines delictivos. Según la investigación preliminar, el joven habría sido visto por última vez en la Clínica San Sebastián, de donde, según hipótesis iniciales, habría huido antes de su desaparición definitiva.
Este detalle ha desatado una ola de críticas hacia la clínica por parte de conocidos y allegados de la víctima, quienes, a través de redes sociales, denuncian presunta negligencia y aseguran que el servicio ofrecido en la institución es deficiente.
El caso ha despertado preocupación no solo por el trágico desenlace, sino también por la aparente falta de control en las instalaciones de la clínica, que habría permitido la fuga del joven mientras se encontraba en una situación vulnerable. Estas circunstancias han generado un intenso debate público, donde la ciudadanía exige mayor claridad en las investigaciones.
La familia del joven, devastada por la pérdida, y la comunidad en general esperan que las autoridades entreguen un reporte oficial detallado en las próximas horas.
