Es un guiño de la Naturaleza, un milagro, un florecer de esos que quizás uno nunca pueda estar presente en la vida.
La Victoria Regia o Amazónica, nativa de las aguas poco profundas de la cuenca del Amazonas, se duerme por semanas o meses, hasta cuando, como en los cuentos de la Bella Durmiente, la despierta un roce del agua, el Sol o la brisa.
Al abrir, en un color blanco irrepetible, se supo de su esencia femenina.
Ver este despertar no siempre ocurre a la vista de espectadores. Hay…