En un avance sin precedentes para la ciencia y la biodiversidad en Sudamérica, un equipo de científicos identificó en Colombia una nueva especie de escorpión llamada Tityus achilles. Este arácnido sorprende por su habilidad para rociar veneno, un mecanismo defensivo poco común en la naturaleza.
El descubrimiento, liderado por Léo Laborieux, investigador vinculado a la Universidad de Harvard y especialista en biología evolutiva, fue publicado en la revista Zoological Journal of the Linnean Society. Este hallazgo abre nuevas perspectivas sobre los mecanismos defensivos y la evolución de estos organismos.
El Tityus achilles fue localizado en los bosques montanos de la Cordillera Oriental, en la región de Cundinamarca, a 1.350 metros de altitud. Su hábitat, caracterizado por alta humedad y temperaturas moderadas, lo convierte en un entorno óptimo para esta especie terrestre. Con un tamaño aproximado de 6,5 centímetros, el escorpión posee un tono rojizo oscuro y baja fluorescencia bajo luz ultravioleta, lo que podría ser una adaptación evolutiva para pasar desapercibido ante posibles depredadores.
Lo que lo distingue verdaderamente es su capacidad única en Sudamérica para expulsar veneno, un comportamiento previamente documentado solo en los géneros Parabuthus (de África) y Hadrurus (de América del Norte). Según Laborieux, esta habilidad pudo haberse desarrollado de manera independiente como respuesta a presiones ambientales específicas.
El veneno puede ser expulsado en forma de gotas (“flicks”) o mediante rociados continuos (“sprays”), alcanzando distancias de hasta 36 centímetros. Laborieux detalló que ambas técnicas tienen diferentes costos energéticos: las gotas son más eficientes para distancias cortas, mientras que los rociados prolongados son un recurso extremo frente a amenazas más graves. Este descubrimiento refuerza la importancia de estudiar las adaptaciones únicas de los ecosistemas colombianos y su impacto en el conocimiento global.