El silencio que reinaba al interior de la humilde casa de Heraclio Lancheros fue interrumpido cuando dos de sus familiares ingresaron por la puerta principal. Caminaron de manera sigilosa por el primer piso de la propiedad hasta la alcoba en donde dormía el hombre de 71 años, y lo hallaron tendido en la cama con varias cobijas cubriendo su cuerpo de pies a cabeza.
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El cuerpo inerte de Heraclio estaba boca abajo. Tenía la misma ropa que se había puesto esa misma mañana del miércoles, y a su alrededor sus cajones estaban revolcados, lo que daba cuenta de que lo habían asesinado al interior de su casa ubicada en el barrio Altamira, en San Cristóbal.
Una hora después de que fuera hallado sin vida el adulto mayor, las autoridades y los peritos judiciales ingresaron a la propiedad, comenzaron a recorrer cada rincón de la casa, y mientras dos investigadores realizaban la inspección del cuerpo, el otro se encontró con una aterradora escena en la habitación contigua: se trataba del cuerpo de una mujer.
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Debajo de la cama, cubierto con cartón y otros elementos que parecían desechos, estaba el cuerpo sin vida de Aída Avícola Orovio. Por su apariencia, el cuerpo llevaba las mismas horas inerte que el de Heraclio, pero no era lo único que tenían en común, pues ambos habían sido ultimados de la misma manera.
Q’HUBO intentó ayer obtener una versión de lo ocurrido por parte de los allegados de una de las víctimas, pero no fue posible. Esta familia se encontraba al interior de la casa, la mañana de este jueves, limpiando y tratando de poner en orden el lugar, que fue testigo del doble homicidio.
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El doble crimen
A las 11 de la mañana del miércoles un camión de acarreos estaba parqueado en la cuadra donde queda ubicada la casa de Heraclio, en la diagonal 45 C Sur con carrera 11 Bis A Este, lo que llamó la atención de varios vecinos y comerciantes, ya que todo daba cuenta de que estaban haciendo un trasteo.
En ese momento, un hombre que reside en esta misma zona iba pasando, y un sujeto de tez morena le pidió que le ayudara a subir las cosas al camión a cambio de un dinero, a lo que el sujeto accedió, lejos de pensar que al frente suyo tenía a un potencial homicida, y que dentro de la casa de la que estaban sacando las cosas había dos cuerpos.
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El homicida, quien al parecer, y de acuerdo con las autoridades, era sobrino de Aída, vivía en esta casa desde hacía varios meses sin pagar arriendo ni nada, lo que había incomodado en los últimos meses a Lancheros, quien le pidió que le desocupara la propiedad.
El señor les había pedido que se fueran, pero nada pasaba, y este tipo al parecer llegó la mañana del miércoles y los mató a cada uno con un golpe en la cabeza. Hasta a su propia tía. Luego se llevó todo su trasteo”, contó ayer un vecino.
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El doble crimen se habría perpetrado a eso de las 10 de la mañana del miércoles, pero hasta las 5 de la tarde es que hallaron los dos cuerpos (la familia del hombre de 71 años), quienes llevados por un mal presagio ingresaron a la casa. En medio del dolor y la incertidumbre, esta familia busca que el responsable aparezca y responda ante la justicia por este atroz hecho.
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