Un macabro crimen al interior de un apartamento en el conjunto residencial Grandeza II en el sector de Hogares de Soacha conmocionó a los residentes el pasado 11 de enero. Al interior del inmueble fueron hallados los cadáveres de padre e hija con signos de violencia.
Tras un trabajo investigativo, la Fiscalía General de la Nación informó recientemente que fue capturado y judicializado A. Vargas Cortes, por su presunta responsabilidad en el crimen.
“Un fiscal de la Unidad de Reacción Inmediata (URI), le imputó los delitos de feminicidio, acceso carnal violento y homicidio, las tres conductas agravadas. Además, fue judicializado por ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. El procesado no aceptó cargos y le fue impuesta medida de aseguramiento en establecimiento carcelario”, informó la entidad investigativa.
Q’HUBO habló en exclusiva con un allegado a las víctimas. Le contamos.
Doloroso testimonio
Sain Escárraga (72 años) y su hija Hasbleidy Escárraga Reyes (27 años) fueron las víctimas de este asesinato, que habría sido perpetrado por un vecino, al que le entregaron las llaves de la vivienda para que les hiciera un favor.
“En la vivienda solamente vivía Sain, la esposa y la hija. El día miércoles iban a hacer una visita de una revisión del gas, la esposa de Sain iba a estar fuera de la ciudad haciendo unas vueltas personales; entonces ellos le pidieron el favor a Vargas Cortes, a quien distinguían desde hace unos tres años, y que era cercano a la familia porque vivía en la torre de enseguida en el mismo conjunto. Esta persona tenía una fachada muy amigable, presto a ayudar siempre”, relató un allegado a la familia de las víctimas.
De acuerdo con este testimonio, Hasbleidy, llegó de laborar el sábado 11 de enero a eso de las 3 de la tarde. Al parecer Vargas, quien todavía tenía las llaves de la vivienda, ingresó a la vivienda y tras acceder carnalmente a la joven, la asesinó.
“El sujeto aprovechó que tenía las llaves, realizó algunos movimientos antes de ingresar al apartamento, como para no llamar la atención, según nos dijeron los investigadores con las pruebas que recolectaron. Él ingresó al apartamento, la abusó sexualmente, la asfixió, la golpeó y acabó con su vida”, contó el doliente.
Alrededor de las 7:00 p.m., Sain, llegó a la vivienda, y se encontró con su hija muerta y el vecino en el lugar. Posteriormente fue agredido de manera despiadada hasta la muerte.
“Al percatarse que llegó el señor Sain, lo golpeó y lo torturó hasta ocasionarle graves heridas y la muerte. La Fiscalía nos indicó que este sujeto permaneció en la vivienda bastante tiempo para reposicionar los cuerpos, y usar varios elementos del inmueble para hacer ver que el señor Sain hubiese tenido un altercado con Hasbleidy y que este la mató y luego se quitó la vida. En la investigación se reveló que esto no había sido así”, agregó en su testimonio.
Madre de Hasbleidy encontró la atroz escena en compañía del presunto asesino
El día sábado, la esposa y madre de las víctimas llegó hasta la vivienda en horas de la noche. Vio las luces encendías y empezó a golpear para que le abrieran, pero obviamente no obtuvo respuesta, entonces decidió contactar a Vargas, quien con las llaves que tenía de ellos la acompañó para ingresar.
“Al ingresar el señor se hizo el impresionado, salieron del apartamento y llamaron a la Policía. El sujeto llamó a familiares diciendo que el padre había abusado de la hija y que luego se suicidó. El sujeto estuvo al lado de la familia, incluso fue a las exequias. La policía nos dijo que este sujeto ya había cometido un crimen así contra un niño y la mamá, había pagado 18 años de prisión y estaba con domiciliaria”, dijo el allegado.
Según se pudo conocer, el Juzgado Quinto de Ejecución de Penas de Tunja, Boyacá, lo condenó en segunda instancia a 36 años de cárcel por el delito de homicidio y desde el 2021 estaba con medida domiciliaria debido a la emergencia por el Covid-19.
Este domingo a las 5:30 p.m. se realizará una velatón en el conjunto para pedir justicia y honrar la memoria de Sain y Hasbleidy.
“Sain ya no trabajaba, le gustaba ir a reuniones y actividades de adultos mayores. Hasbleidy era la que sostenía el hogar, estaba trabajando como operadora de máquina en una empresa de la zona industrial de Montevideo. No queremos que vuelva a quedar en libertad, ojalá nadie vuelva a sentir este dolor que siente toda la familia, hacemos un llamado a que se haga justicia y se conozca la verdad”, puntualizó el allegado.
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